Si eres de los que piensas que el camino de la vida culmina en un callejón sin salida, donde la pasión y el deseo sexual irremediablemente encuentran su fin, te equivocas de medio a medio. 

Como bien expresa la Dra. Carmen G. Valcárcel Mercado: “Hasta hace un par de décadas, el mantener una vida sexual activa en la llamada ‘tercera edad’, era considerado un tema vedado, un tabú. (Pero), la llegada de medicamentos para el tratamiento de la disfunción eréctil nos lanzó, como sociedad, a reconocer que la sexualidad no termina con la aparición de las canas y las arrugas”.

Eso dicho, Valcárcel Mercado –quien, además de doctora en medicina, es  sexóloga clínica, sexóloga médica y educadora sexual certificada– se lamenta de que, en pleno Siglo XXI, todavía haya muchas personas en nuestra sociedad para quienes la noción de “una persona vieja (que) mantiene una vida sexual activa tiene todavía la implicación de (que se trata de un) ‘viejo verde’ (o una) ‘vieja remoseá’. Solo hay que preguntarle a la primera persona menor de treinta años que nos encontremos en cualquier lugar público. Para muchos jóvenes, la idea de los ancianos manteniendo una vida sexual es algo inverosímil. Modificar este pensamiento nos tomará tiempo y esfuerzo educativo”.

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De otra parte, también es triste reconocer que algunas personas mayores creen ellas mismas en la noción arcaica de que vejez es sinónimo de una vida sexual desabrida o, sencillamente, inexistente.  A tenor con esto, la propia experta observa: “Tampoco debemos perder de perspectiva al viejo  mismo quien, en muchas ocasiones, permanece cargando los mismos complejos, mitos y retos de joven, a lo que se le añade una función física disminuida. Hay que hacerles saber que, en los casos en los cuales se mantiene una salud óptima, la sexualidad puede vivirse de una forma plena, natural y responsable. Tal vez, las más afectadas son las damas, puesto que muchas veces, sus roles sociales, las expectativas sobre su conducta social y la disponibilidad de pareja las llevan a resignarse a la vida sin actividad sexual en pareja. Así, entonces, muchas veces dirigen su energía sexual a otras actividades”.

¿Qué podemos hacer?

Preservar la salud e integridad de nuestra vida sexual no tiene por qué ser un misterio ni algo complicado, pero sí debe ser una de nuestras prioridades porque “el mantener una vida sexual significativa ayuda a conservar un buen estado de salud general. 

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En una pareja, la actividad sexual fomenta la alegría, mantiene el romance, la pasión y la intimidad que hacen que (ambos) puedan mantenerse conectados a cualquier edad. Los seres humanos deseamos tener compañía, compartir experiencias y tener contacto social. La vida sexual después de los 60 años puede ser tan activa, ¡o aún más!, que en otras etapas de la vida”.

Problemas más comunes

La Dra. Valcárcel Mercado explica que, “en estudios realizados en los Estados Unidos, se encontró que estos son los problemas sexuales más comunes asociados con el envejecimiento”: 

Mujeres 

Deseo sexual bajo: 43%
Problemas de lubricación: 39%
Incapacidad para alcanzar orgasmo: 34%
Dolor en los genitales: 16%

Hombres

Disfunción eréctil: 37%
Eyaculación prematura: 27%
Incapacidad para alcanzar orgasmo: 23%
Ansiedad por la ejecución sexual: 28%

Por otro lado, hay condiciones crónicas de salud, y sus tratamientos, que impactan negativamente la función sexual en hombres y mujeres. Entre estas se encuentran: enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis, condiciones neurodegenerativas (tipo Alzheimer). 

A tener en consideración

Entre los factores físicos, mentales y emocionales que pueden contribuir a una sexualidad saludable, la Dra. Carmen Valcárcel Mercado –quien es presidenta de la Asociación Puertorriqueña de Educación, Consejería y Terapia Sexual (AsPECTS )– menciona:

La ausencia de los hijos, las separaciones, los divorcios, el retiro y la viudez inciden en la falta de contacto social y pueden incrementar la necesidad de crear nuevos vínculos afectivos, y sexuales, en la llamada "tercera edad". 

Mantener una sexualidad saludable a través de las diferentes edades es mantener expectativas razonables a la condición física en el momento. Pretender tener la misma respuesta sexual a los 18, a los 30 y a los 70 años es irreal, independientemente de si se es hombre o mujer.

La vida sexual se beneficia grandemente de una buena condición física general, una actitud positiva ante los cambios y educarse sobre la variedad de expresiones sexuales que se pueden tener. 

Es esencial conocer que hay cambios que pueden ocurrir con el envejecimiento y no constituyen enfermedad o patología. Se trata de conocerlos para no frustrarse con expectativas irreales. Muchos de los cambios están relacionados con la disminución en la función del sistema endocrino (producción de hormonas). 

¿Qué cambios podemos esperar?

En los hombres: 

-Una disminución de las erecciones espontáneas.
-Necesidad de mayor estimulación manual directa y más estímulo mental.
-Las erecciones pueden ser menos firmes y se pierden más fácilmente. Incluso, hay ocasiones en que el volumen de semen disminuye o al final de la actividad sexual no hay eyaculación.
-Puede tomar más tiempo volver a alcanzar una erección y disminuir la sensación durante el orgasmo.

En las mujeres: 

-Disminución o desaparición de la lubricación.
-Las paredes vaginales se afinan y el canal vaginal se hace mas corto, menos elástico e, incluso, más estrecho.
-Disminuyen los orgasmos durante el coito y la excitación y sensaciones luego del orgasmo tienden a disminuir.

Nociones equivocadas

La educadora sexual certificada también señala:  “En nuestra sociedad, se percibe que los caballeros se mantienen más activos sexualmente hasta más tarde en la vida. Se ha hablado mucho sobre el uso de medicamentos para tratar la disfunción eréctil, pero se olvida muchas veces que la sexualidad de un caballero no depende sólo de su pene”. 

En cuanto a las mujeres: “Se asocia muchas veces a las damas con la pasividad y resignación. Esta idea errónea viene (de la noción) de que, una vez se acaba la etapa reproductiva, luego de la menopausia, también termina el disfrute sexual. (La realidad es que) las mujeres cada vez más toman su vida sexual muy en serio. Buscan ayuda, preguntan y se educan y disfrutan más de su sexualidad”.

Otros mitos que la experta quisiera erradicar son que las personas de la tercera edad:

...no son sexualmente deseables.
...no tienen deseo sexual.
...no son sexualmente capaces.
...no tienen relaciones sexuales saludables porque no pueden hacer lo mismo que los jóvenes.
... que vivien en los hogares de cuido, u otras instituciones, no tienen derecho a tener pareja sexual.

Consejos básicos

Para mantener una vida sexual saludable es preciso:

Mantener un buen estado de salud general. Cuidar y controlar las condiciones médicas.
Consultar con su proveedor de cuidados de salud cualquier duda relacionada con los cambios físicos.
Educarse sobre la sexualidad y su diversidad de manifestaciones.
Tener una comunicación efectiva con la pareja.
Mantener una buena actividad social y evitar el aislamiento.

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