Halloween: Excusa para saciar una necesidad de fantasía sexual
Muchas mujeres y hombres aprovechan la ocasión para lucir sexy con sus disfraces

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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La noche de Halloween se supone que esté relacionada a las fiestas de disfraces tradicionales, a los niños y a las cosas que provocan miedo como los zombies, fantasmas y brujas.
Sin embargo, desde hace tiempo el concepto ha evolucionado apuntando a un estilo sexy en el que hombres y mujeres optan por la coquetería dejando al descubierto parte de su cuerpo.
En cuanto a las mujeres, vemos a muchas seleccionar disfraces sensuales como los de policía, enfermera, gatita, conejita, bruja, muñeca o superhéroe.
Los hombres prefieren lucir de stripper, luchador, vaquero, pirata, policía o preso, entre otros.
Además, son muchas las parejas que aprovechan en esta época para saciar sus fantasías sexuales a través de los disfraces.
¿Por qué los disfraces sexy tienen tanta demanda en Halloween?
Según la sexóloga Carmita Laboy, esta época es la mejor excusa para saciar una necesidad de fantasía sexual.
Esta tendencia se debe a que “lamentablemente, la mayoría de la gente cuando se acerca a sus prácticas sexuales responde a la invitación constante que hace el sexo comercial y la mercadotecnia de todos esos productos que aseguran un supuesto mayor deleite y disfrute de dicha experiencia sexual”.
La experta en sexo explica en entrevista con Primera Hora que “en mi práctica y terapias observo la tendencia de que a mayor insatisfacción sexual con la pareja, mayor uso de disfraces. Y esos otros elementos que son idóneos para subsanar lo que verdaderamente falta en esa relación, en ese vínculo”.
¿Esto tiene que ver con las fantasías sexuales?
Posiblemente sí, ya que el mercadeo crea una idea, concepto y necesidad que mucha gente compra. Pero más que tener que ver con las supuestas fantasías sexuales me parece que responde a la búsqueda incesante que tiene el ser humano de cambiar, innovar y modificar dicha experiencia sexual en su constante esfuerzo por hacerla diferente y cada vez mejor. Lo que se le olvida al ser humano es que el sexo es un acto inherente y no necesita de mucho, es más que nada de esos elementos, para que sea bueno; no, mejor dicho, buenísimo.
¿Qué recomienda?
Recomiendo que antes de pensar en disfrazarse, o sea, ocultar o disimular una verdad o una cosa, ocultar o aparentar algo, preferible que las parejas aprenden a conocer mucho más sobre las respuestas de ese cuerpo ante cada estímulo que están experimentando. Cuando lo tengan del todo conquistado entonces, si acaso, sean bienvenidos esos elementos externos que pretenden llamar la atención, pero solo entonces.
¿Disfrazarse ayuda a la excitación?
Sí, claro, para quienes necesitan ese empujoncito externo les resulta maravilloso. Además que, al ocultarse, al disimular su propia identidad, las personas se consideran en mayor libertad de actuar libre y espontáneamente. Se atreven a hacer cosas que, sin el disfraz, jamás considerarían o se atreverían y en el sexo esa libertad es imprescindible.