Hasta que los ronquidos nos separen
Acaban con el sueño y, encima, pueden afectar la dinámica sexual de las parejas.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Los problemas económicos, la infidelidad, la diferencia de caracteres, la falta de comunicación y la temible rutina son enemigos de cualquier relación de pareja, al grado que –en el peor de los casos– pueden motivar una separación. Pero, ¿los ronquidos? ¿En serio?
Por extraño que parezca, estos ruidos molestosos no solo acaban con el sueño, sino que pueden arruinar la vida amorosa de muchos.
La terapeuta Karen Vázquez Chéverez explica que aunque no es común que lleguen al extremo de ser una causa de divorcio o ruptura, los ronquidos sí influyen de forma negativa en la relación de pareja.
Según la experta, cuando uno de los dos ronca como un león, es común que la pareja adopte como primer paso el dormir en cuartos separados, para así poder conciliar mejor el sueño y despertar de buen humor.
Este distanciamiento, aunque puede mejorar el ciclo de sueño individual, suele traer consigo consecuencias en la actividad sexual. Y es que, sin duda alguna, el dormitorio y la cama son una parte esencial en la vida íntima de la pareja.
“Dormir separados crea conflictos, entre ellos, limitar la vida sexual y el descanso en conjunto de la pareja. El irse a la cama y despertar como pareja es, posiblemente, uno de los pocos tiempitos que tienen de estar juntos, porque actualmente las personas están trabajando muchas horas al día. Y esa hora de descanso es quizás la única que pueden tener para ellos intimar, no solamente en la parte sexual, sino para hacer un resumen de cómo les fue el día o incluso planificar actividades futuras como pareja o familia”, destaca Vázquez Chéverez.
“Regularmente, a las parejas les gusta acostarse juntas, dormir juntas y amanecer juntas. No es lo mismo acostarse con la pareja y saber que cuando terminen de tener sexo, alguien se va a levantar para irse a otro cuarto. Dormir separados puede disminuir los encuentros sexuales y restar tiempo para compartir y solucionar conflictos”, advierte la también psicóloga.
Un estudio realizado en Gran Bretaña por la Asociación del Sueño confirmó, de hecho, que las personas que roncan suelen tener menor actividad sexual que los que respiran con normalidad.
El informe reveló que el 60 por ciento de los que roncan con frecuencia tienen menos sexo que las personas que no padecen del trastorno, principalmente porque sus parejas los obligan a dormir en habitaciones separadas.
Para que los ronquidos no se conviertan en un dolor de cabeza en la relación, Vázquez Chéverez aconseja asistir a donde un especialista y explorar los distintos tratamientos del ronquido crónico.
Un neumólogo es el profesional indicado para realizar un examen diagnóstico certero.
“Una vez que se identifique el problema y sea manejado, los ronquidos no tienen por qué seguir afectando o interrumpiendo la vida íntima de la pareja”, asegura la terapeuta.
Entre las alternativas habituales de tratamiento están las prótesis bucales, los dilatadores nasales y las cirugías, tanto del tabique como del velo con láser.