Es común que las personas se separen por razones de incompatibilidad y al tiempo se vuelvan a enamorar de alguien que tiene grandes similitudes con su “ex”, tanto en el aspecto físico como en las actitudes o rasgos de la personalidad.

Sea por razones conscientes o inconscientes, lo cierto es que es frecuente sorprenderse por el parecido de la nueva pareja de un amigo o familiar a la relación anterior.

“Que una persona se vincule sistemáticamente con el mismo perfil de pareja podría indicar cierto tipo de dependencia emocional poco saludable que le impide salir de una relación “, indica la médica y sexóloga clínica, Sandra Magirena (M.N. 65130).

Asimismo, existen hipótesis que intentan explicar este fenómeno, como por ejemplo la Teoría Ecológica de Uriel Bronfenbrenner, que habla de cómo una persona desarrolla su personalidad y vínculos mediante la influencia de variables genéticas y ambientales –la familia, la escuela, amigos, el contexto cultural, la ubicación geográfica y temporal–. Según Bronfenbrenner, los individuos eligen a sus respectivos amigos y parejas en función de las experiencias vividas.

Cuando una relación fracasa, el cerebro tiene la sensación de que algo no ha funcionado y necesita urgentemente sanarlo. Por eso, muchas veces se busca una persona similar al ‘ex’, con la esperanza de tener, esta vez, mejor resultado.

Qué dicen los profesionales sobre este fenómeno

“La relación de pareja es un vínculo donde tendemos a repetir comportamientos”, dice la Lic. en Psicología, Carolina Moché (M.P. 94762). Y explica que si la persona suele ponerse en el lugar de víctima en una pareja, lo más probable es que repita ese comportamiento con sus otros vínculos, ya sean sus amigos, jefes, familiares, etc. “Este patrón se da hasta que uno entiende y puede reconocer de dónde viene”, aclara la especialista.

Para ella, en general, esto sucede de manera inconsciente, con la excepción de quienes sentencian abiertamente, por ejemplo: “a mí me gustan los morochos” o “suelo salir con personas que sean menos inteligentes que yo”. “Nuestro inconsciente juega un rol importante en detectar las características en una persona que nos hagan sentir de una determinada manera. Si estás acostumbrada a sentirte una reina, vas a buscar cualidades en un otro que repliquen esa sensación”, aclara Moche.

Por otro lado, algunos creen que estos patrones emocionales están relacionados con la teoría freudiana del Complejo de Edipo/Electra en el que todo niño y niña pasa por un período en que experimenta deseo hacia su madre –o padre, en el caso de las mujeres– y ve a su otro progenitor como un rival. Como resultado, los niños se adaptan a la jerarquía familiar y adoptan conductas de la figura materna/paterna rival para vincularse desde ahí con personas con rasgos similares a la otra figura. Principalmente, con las parejas.

Un estudio publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) analizó el fenómeno y llegó a la conclusión de que hay una tendencia a enamorarse del mismo tipo de persona una y otra vez. Los investigadores explicaron que, aunque lo más común cuando una relación se termina es atribuir la ruptura a la personalidad de la ex pareja y tomar la decisión de enamorarse de otro tipo de persona, es muy notorio ver cómo las personas siguen eligiendo vínculos amorosos parecidos.

Moché atribuye este comportamiento a que el inconsciente decide, en tan solo segundos, si la otra persona se ajusta a lo que está buscando. “Miramos una cara y enseguida decidimos si nos resulta adecuada para procrear, si es saludable o no. La clasificamos por condición social, económica y de salud e inconscientemente decidimos si podría ser una buena pareja”, sostiene. Y añade: “no creo que se trate de una predisposición psicológica sino de una tendencia a la repetición”.

Sin duda, aquellas personas que hacen un trabajo previo de introspección y se conocen más pueden identificar mejor sus emociones y no dejarse llevar por ellas.

¿Se puede romper el patrón?

La doctora Magirena asegura que es posible romper el patrón y que hay maneras de trabajarlo. “Toda persona que se encuentre atrapada en una situación de patrones repetitivos afectivos y en especial si no son saludables puede consultar con médicos de cabecera o terapeutas e iniciar tratamientos para romper de a poco con esas estructuras internas”, subraya la especialista.

En la misma línea, Carolina Moché señala: “Tienen que querer y tratar de entender qué es lo que está pasando. Es habitual que lleguen al consultorio buscando el por qué de la repetición; a veces aprenden enseguida de la primera experiencia, mientras que en otros casos les lleva más tiempo”.