Mitos y realidades del sexo oral
Lo que debes saber de esta práctica sexual.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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El sexo oral es una práctica natural que permite el disfrute por igual en hombres y en mujeres. Y cuando hablo de disfrute, me refiero a que esta es la única función que se echa a andar cuando la boca actúa en estas tareas. Sin miramientos, hay que decir que el sexo oral en los tiempos que corren es tan importante como el mismo coito (palabra que nunca me ha gustado). Sin embargo, su mayoritaria puesta en escena ha permitido que se deslicen en torno suyo una cantidad de mitos y tonterías que, de una vez por todas, hay que aclarar.
Para empezar, si bien es cierto que en algunas condiciones el sexo oral puede transmitir enfermedades sexuales, lo cierto es que la mayoría de las veces, con la debida precaución, puede ser seguro. Aquí lo que hay que evitar es hacerlo si existe alguna lesión en la boca o si se sabe del diagnóstico activo de enfermedades como herpes genital, sífilis y el virus del sida. Si existen dudas con la pareja, el uso de preservativos resulta mandatorio.
Lo que sí hay que desechar por completo es la tonta idea de que cepillarse los dientes antes del sexo oral puede favorecer la transmisión del virus del sida. Un estudio hecho por Aids Vancouver confirmó lo que muchos dicen y es que el VIH rara vez se transmite a través de la boca porque “algunas condiciones de la boca y la saliva, podrían potencialmente desactivar el virus”. No quiere decir de ninguna manera que el riesgo sea nulo. Nada de eso. Simplemente que el cepillado no es solo el factor de riesgo. Pero vamos a lo positivo, porque algunos estudios como uno hecho por la Universidad Estatal de Washington demostró que, en las mujeres embarazadas, el semen del padre del hijo que esperan puede aliviar sus náuseas matutinas. Esto –no se hagan cruces– porque según los investigadores promueve que el cuerpo de la mujer reaccione ante el fluido al principio como una infección que potencialmente frena la tendencia al vómito.
Por si fuera poco, un trabajo publicado en el ‘Journal of Reproductive Inmunology’ confirmó que las mujeres que realizan sexo oral a su pareja tienen menos riesgo de padecer preeclampsia; esto, porque, según los investigadores, favorecería la exposición del padre, lo que generaría en el organismo femenino una tolerancia inmunológica que protegería contra este mal de la última etapa del embarazo. Y si se dejan de lado los beneficios en el embarazo, el sexo oral, de acuerdo con una investigación de Archives of Sexual Behavior, atenúa los riesgos de depresión en las mujeres porque el fluido seminal podría contener algunos elementos antidepresivos; pero, además, el aumento de la frecuencia en esta práctica mejoraría el ánimo, especialmente de las mujeres. Por supuesto que hay voces que merecen atención, como esas que dicen que esta práctica puede causar cáncer. A propósito, hay que decir que varios análisis, entre ellos uno publicado en ‘The Journal of Clinical Oncology’, demostró que la infección ocasionada por el virus de papiloma humano (VHP) puede dar origen a verrugas genitales que de no tratarse pueden favorecer el desarrollo de tumores en el cuello uterino, en el pene y aledaños.
Por si fuera poco, la revista de la American Cáncer Society alertó al mundo al anunciar que cada vez hay más jóvenes con cáncer de lengua promovido por el sexo oral. Tanto que muchos dicen que en las próximas dos décadas la mayoría de los cánceres en la cabeza y el cuello serán producidos por el virus de papiloma humano.
Termino aquí, no sin antes decirles que el sexo oral hay que disfrutarlo; pero el goce se aumenta si tomamos todas las precauciones, antes de dirigirse a la planta baja.
Hasta luego.