Mujeres flacas ganan más dinero
Se plantea la teoría de que el peso influye en los salarios.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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¿Bajar de peso engorda el presupuesto de las trabajadoras?
Ésta es la pregunta que podrían hacerse muchas personas tras leer un artículo publicado recientemente en la Revista de Psicología Aplicada (Journal of Applied Psychology).
En dicho escrito, se plantea la teoría de que el peso corporal influye en los salarios de hombres y mujeres que tienen un empleo. El estudio revela que las mujeres que tienen un peso inferior al promedio ganan aproximadamente $22 mil más al año que las mujeres con sobrepeso.
El estudio fue realizado por Timothy A. Judge, de la Universidad de Florida y Daniel M. Cable, de la Escuela de Negocios de Londres.
Caras vemos… corazones no sabemos
La veracidad de esta teoría plantearía serias interrogantes sobre la población trabajadora. ¿En vez de dar la milla extra en la oficina para recibir un aumento de sueldo, sería mejor matricularte en un gimnasio para bajar de peso?
¿Es justo que esto pase?
Para Luis Caraballo, psicólogo clínico del Departamento de Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, los resultados de este estudio tienen que ver con los estereotipos que tiene la sociedad.
Caraballo opina que en muchas ocasiones se le da mucha importancia al aspecto físico que pueda tener una persona y no a su capacidad. “Se tiene la percepción y el estereotipo de que porque tú eres una persona que cuidas tu físico, esa disciplina la puedes trasladar al espacio laboral. No necesariamente es así. No hay base para esto”, advierte el psicólogo, quien añade que hay personas que se mantienen delgadas por factores genéticos.
¿Delgadez + belleza= más salario?
Esta teoría “refuerza el concepto de que la apariencia física es tan o más importante de lo que pudiera ser tu representación intelectual o profesional”, acota Caraballo.
Por otro lado, muchas culturas relacionan la delgadez con la belleza, y ésta, a su vez, pudiera ser un factor a considerar para una mayor remuneración económica.
“En Puerto Rico, por ejemplo, el concepto de belleza no es necesariamente el mismo concepto americano (de los Estados Unidos, país donde se realizó el estudio). Para el americano, mientras más flaca tú seas, más linda se te considera; en Puerto Rico quizás, es la más curvas que tenga”, advierte.
El psicólogo sostiene que este tipo de situaciones sucede en muchas ocasiones, aunque aclara, no es la norma. “La belleza y el atractivo siempre se premian. Una persona atractiva pudiera beneficiarse de tener logros sin hacer el mismo esfuerzo a nivel académico y profesional que quizás otra persona (con un peso mayor)”, afirma.
Sin la intención de generalizar, Caraballo sostiene que los jefes varones incurren en criterios más banales y físicos cuando van a reclutar o compensar a su personal.
¿Discrimen contra las gorditas?
“Los estudios demuestran de que se discrimina más por obesidad contra las mujeres vs. los hombres”, advierte, por su parte, la Dra. Lillian Rodríguez Arezaiga, profesora universitaria y experta en recursos humanos y relaciones laborales.
“Obviamente si se está discriminando más contra las mujeres que contra los hombres, podemos inferir que esa discriminación pudiera tener algún tipo de correlación con su compensación”, añade la profesora.
La experta en relaciones laborales afirma que no existen leyes que protejan al empleado contra el discrimen por obesidad, ni siquiera la ley ADA (American With Disabilities Act). Dicha Ley Pública 101-336, del 26 de julio de 1990, garantiza la igualdad de oportunidades al individuo con impedimentos de todos los aspectos sociales como acomodaciones públicas en empleos, transportación, servicios del gobierno local y estatal y telecomunicaciones.
“Una mujer con obesidad puede ser discriminada desde el punto de vista de la compensación porque no hay leyes que la protejan, a menos que se pueda atar esta obesidad con una condición fisiológica, según lo define la ley ADA”, afirma.
Rodríguez sostiene que, si una empleada siente que ha sido discriminada en su compensación salarial por consecuencia de su peso, tiene derecho a establecer una reclamación en la oficina de recursos humanos de la empresa para la que trabaja. Ahora, “el que proceda, son otros 20 pesos”, advierte, pues una acusación de este tipo es difícil de probar.
La empresa tendría que analizar el desempeño de esta empleada y los años que lleva trabajando para la compañía, entre otros factores.
¿Cómo se siente la que gana menos?
Caraballo advierte que hay compañías que les exigen una imagen física determinada a sus empleados. Uno de estos criterios pudiera ser mantenerse delgados. De no ser así, lo que deberían tomar en cuenta los patronos para adjudicar sueldos a sus empleados son las capacidades, esfuerzo y trabajo de éstos.
Esta desigualdad en los salarios, pudiera hacer sentir a la empleada que pesa más (y gana menos) frustrada, deprimida y desesperanzada. También pudiera hacerle sentir que no vale la pena esforzase ni luchar (porque no tiene un refuerzo positivo) y pudiera desarrollar pensamientos catastróficos y conclusiones negativas.
El psicólogo destaca que, aunque sí es bueno que las personas traten de mantener un peso saludable por su salud, no se puede seguir reforzando la actitud de premiar a las personas por su aspecto físico. “Se debe premiar lo que es la experiencia, lo que es la preparación, el intelecto, hay muchas más cosas que tomar en consideración”, concluye.
Para consultas con el psicólogo clínico Luis Caraballo, del Departamento de Psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, llama al (787) 766-0940.