“Quiero el cuento de hadas”, esa línea que la actriz Julia Roberts inmortalizó con su personaje de la prostituta Vivian Ward en la cinta “Pretty Woman” (1990) pareciera permanecer alojada en el inconsciente de muchas mujeres que añoran en una relación de pareja un amor de película. 

Extensos monólogos que persiguen la conquista del ser amado, exagerados sacrificios y gestos como prueba de amor y la imagen de un príncipe que rescata a la dama en peligro son conceptos que el cine y la televisión manejan en cada una de sus apuestas románticas con el fin de arrancar suspiros en la audiencia femenina y enganchar a ese público. Pero, ¿cuán conscientes son las espectadoras de que el contenido que presentan estos productos son ideas o estereotipos que no necesariamente se asemejan a la realidad, y que si ocurre en la vida cotidiana son apenas excepciones? 

De acuerdo con la sicóloga Luz Pimentel, las imágenes que presenta el cine romántico, así como las telenovelas del mismo género y hasta las publicaciones de historias de amor en los medios de comunicación, construyen preconceptos errados sobre el amor, sobre todo en las mujeres. 

“Mi experiencia con parejas es que esas historias están presentes en la mente. Esa información que recibimos de lo que debe ser esa relación de pareja a la luz de la publicidad, ese constructo, lo tenemos. Esa imagen que nos venden de romanticismo está presente y hay que cuestionarlo y hay que traerlo a la mesa y filtrarlo con pensamiento crítico”, subrayó la doctora.  

Pimentel indicó que las ideas que se promueven a través de las historias románticas de ficción podrían incluso dañar una relación cuando los conceptos de amor y pareja de las personas involucradas contrastan.  

“Cuando las historias de los dos no se parezcan, cuando las historias contrastan y si alguno de los dos no se ajusta a eso, surge la controversia porque alguien se quiere casar y alguien no, alguien quiere hijos y el otro no, eso de la formalidad del matrimonio y de la expresión del amor o lo que la gente espera de cómo se demuestra el amor, eso a veces trae muchas situaciones porque las féminas a veces tienen este constructo, en mi experiencia (en las consultas), y los varones tienen otro, porque (el aspecto del género también) está presente”, explicó. 

“Muchas veces las personas esperan el amor como nos lo vendieron y hay múltiples maneras de demostrar afecto”, agregó.

La experta señaló que más allá de las expresiones románticas que presenta Hollywood y las empresas de producción de melodramas, el amor en la vida real se demuestra día a día con apoyo en los momentos difíciles, confianza, respeto, consideración, comunicación y empatía. Precisó que es importante “entender que el amor se demuestra de diferentes maneras, no solamente poniéndose de rodillas y entregando un ramo de flores, el amor se demuestra estando presentes, el amor se presenta respaldando, confiando con ese compromiso de estar con el otro”. 

Un estudio publicado en 2008 realizado en la Universidad de Heriot-Watt, en Edimburgo, reveló que los dramas románticos de Hollywood podrían afectar de forma negativa una relación amorosa debido a que contribuyen a elevar demasiado los estándares de lo que se busca en una pareja. En aquel momento, el equipo de investigadores analizó 40 películas románticas taquilleras que fueron estrenadas entre 1995 y 2005, y luego preguntó a cientos de personas, a través de un cuestionario, aspectos sobre sus relaciones sentimentales.

Los sicólogos concluyeron entonces que sus finales felices casi improbables e historias irreales transmiten una falsa idea de relación perfecta que no se acercan a las experiencias en la vida real. A su vez, los expertos en conducta humana identificaron que a los aficionados a las películas románticas se les hace más difícil comunicarse con sus parejas. También alude a la simplicidad con que el séptimo arte trabaja el proceso de enamoramiento. 

Sin embargo, Pimentel afirmó que estas producciones pueden ser de gran utilidad si se toman como “pie forzado” en la discusión sobre los aspectos que contribuyen a relaciones de parejas saludables, tanto en adultos como en la etapa adolescente. 

“La pareja saludable va más allá de la imagen del príncipe azul y de la señorita esperando al príncipe azul. Una relación de pareja saludable requiere que se trabaje en la confianza, compromiso, además de la intimidad y la pasión. Así es que las películas y las novelas son un buen pie forzado para utilizar esa información y ayudar al adolescente al desarrollo de un pensamiento crítico”, argumentó. 

En el caso de los más jóvenes, opinó que la intervención de los adultos es fundamental para ayudarlos desde temprano a diferenciar lo que es ficción de la realidad.  

“El adolescente carece de ese pensamiento crítico, por eso necesita asistencia de ese adulto para que le presente la otra cara de esa realidad porque la fantasía existe, es parte del entretenimiento. Cumple también una función y eso hay que explicárselo al adolescente”, sostuvo. 

“Necesitamos promover ese desarrollo de pensamiento crítico que nos ayuda a poder filtrar, decodificar y también canalizar la información que recibimos por todos estos medios. Así que el ejercicio con los adolescentes es ayudarlos a desarrollar el pensamiento crítico para que la información que reciben del amor, de las relaciones, las puedan aplicar y canalizar a la luz de la otra información que sus cuidadores les deben brindar para explicarles qué es una relación de pareja saludable y que puedan establecer un modelo de una pareja”, agregó.

Además de los padres, los recursos escolares como los maestros, terapeutas, psicólogos y trabajadores sociales son figuras que deben contribuir a dotarlos con dicha información. 

Mientras, los adultos, que contrario a los adolescentes, pueden estar más contaminados con los conceptos planteados por Hollywood y las productoras de telenovelas, deben hacer el ejercicio de evaluar si las expectativas que tienen sobre el amor y la pareja apuntan a una relación saludable o si la vara está muy elevada en relación con la realidad, según recomendó la doctora.

“Vamos a desarrollar un análisis de lo que es el concepto de amor, que no es morirse por el otro; es confianza, es respaldo, es apoyo, eso es amor, esa decisión de estar a su lado hasta que cambie de opinión; eso, no las flores, ni los chocolates ni el látigo. Hay que hacer una distinción entre una cosa y la otra, y las personas tienen que entender que eso que ocurre en la película no le ocurre a la mayoría de la gente, o no es que no ocurra, pero la realidad o lo más probable que ocurra es otra cosa”, puntualizó.