La Semana Santa es una conmemoración cristiana que se realiza de manera anual. Su objetivo principal, según las creencias religiosas, es traer al presente la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Durante estos días, las personas dan paso a un periodo de reflexión, recogimiento y oración, por lo que no todas las prácticas están permitidas.

Esta festividad religiosa trae consigo muchas creencias y tradiciones, pero también algunos mitos que, por años, han persistido. Los más comunes están relacionados con la práctica de relaciones sexuales.

Para algunos creyentes, la práctica sexual en Semana Santa puede resultar en un pecado, que es posteriormente castigado por Dios. Alrededor de la conmemoración cristiana se entretejen teorías que apuntan a que, cuando dos personas tienen sexo, lo más probable es que queden ‘pegados’ en medio del acto.

Si bien este es uno de los dogmas más populares entre los feligreses tras la llegada de la Semana Santa, la Iglesia no tiene una doctrina oficial que promueva la abstinencia sexual por esta época. Hasta el momento, y desde hace mucho tiempo, es una creencia ligada al aspecto cultural.

De acuerdo con el profesor de historia cristiana Denis Janz de la universidad Loyola en Nueva Orleans, quien estuvo en diálogo con el portal especializado ‘Aleteia’, esta creencia se empezó a fomentar en los siglos XIV y XV. A esta conclusión se llegó luego de descubrir un descenso en la cifra de nacimientos después de la Cuaresma por esos años.

Entonces, ¿qué no debe hacerse el Viernes Santo?

Para quienes conmemoran la Semana Santa, el Viernes Santo es un día de luto, pues recuerdan la muerte y crucifixión de Jesús de Nazaret. Entre las prácticas más comunes del quinto día está hacer procesiones en las calles, rezar el viacrucis y meditar sobre las palabras de Jesús en la cruz.

En concordancia con la situación que se conmemora, existen algunos comportamientos que se deben evitar como, por ejemplo, consumir carne de res. De la misma manera, las personas deben abstenerse de realizar juegos de azar, salir de fiesta, consumir bebidas alcohólicas o llevar a cabo cualquier acto que afecte la solemnidad.

“El Viernes Santo se deben evitar las acciones que pueden lastimar a las personas y tener una buena relación con la familia. Más que hacer ayuno y mantener la abstinencia, lo que pide la Iglesia en esta temporada es afianzar esas relaciones y reivindicar nuestras malas acciones”, relató el párroco Luis Carlos Ayala de la Diócesis de Zipaquirá, de acuerdo con ‘El Comercio’.

El Código de Derecho Canónico, por su parte, acepta que la abstinencia de la carne pueda ser sustituida por la lectura de la Sagrada Escritura, la limosna y otras obras de caridad, aún cuando el Viernes Santo es considerado un día penitencial.