“Es un orgullo inmenso”: bartender boricua representa en tierra nipona
Mildred “Cha” Román creó su propia empresa de organización de eventos y participó en el World Expo 2025.

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Nota del editor: La serie Boricuas en la Luna destaca las historias de los puertorriqueños que han extendido las fronteras de la Isla al establecerse por el mundo, cargando con nuestra bandera, cultura y tradiciones.
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Quien hoy atrae a multitudes a nivel mundial y enamora a miles con sus tragos artísticos, comenzó en la cocina de Doña Melín, en San Sebastián.
Cuando la puertorriqueña Mildred “Cha” Román era niña, fue la privilegiada de catar los mejores “jugos mágicos” que creaba su abuela paterna, querida en su pueblo, y tuvo el privilegio de recorrer la Plaza del Mercado con ella una y otra vez. Sobre todo, presenció la hospitalidad y afabilidad que le regalaba a sus visitantes.
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“Mi abuela era la persona en mi barrio que todo el mundo iba y comía en la casa”, recordó Cha a Primera Hora. “Ella recibía a la gente de una manera increíble. Yo era la niña que me ponía en la cocina con ella y cocinaba desde pequeña”, narró.
Ahora, “la nieta de doña Melín”, como le decían sus vecinos y cuyo amor por servir nació en la cocina de su “nana”, llegó a Yumeshima, Osaka, en Japón, formando parte del equipo estadounidense en el World Expo 2025, donde más de 160 países lucieron sus mejores atributos bajo el lema “Designing Future Society for Our Lives” (“Diseñando sociedad futura para nuestras vidas”).
Es el fruto de mucho trabajo y sacrificio, aseguró, y producto de la retroalimentación de eventos en las ciudades de Orlando y Tampa, en Florida, que “crearan la diferencia, marcaran a la gente”.
“La gente se olvida lo que comió o bebió, pero nunca se olvida de cómo se sentía en ese momento. Eso siempre estuvo en mí”, reiteró.
De una buena recomendación de uno de sus clientes llegó la invitación World Expo 2025, para ser parte del equipo que representaría a Estados Unidos.
“Es un orgullo inmenso, porque soy boricua, independientemente represente a los Estados Unidos. Soy boricua y donde quiera que vaya yo voy a representar eso. Es un honor, (son) muchos nervios y, sobre todo, es un reto. Tener esa oportunidad de estar en ese ‘stage’ donde tú puedes crear esos momentos y contactar con otros países y demostrar ese calor, ese ‘attention to detail’, ese sazón boricua, como yo digo que llevamos a donde quiera, para mí ha sido la experiencia más grande de mi vida y el reto más grande de mi vida”, subrayó al asegurar que en su maleta incluyó una latita de gandules.
El World Expo 2025
El World Expo se celebra cada cinco años en distintos países. Por seis meses, de abril a octubre, el evento sirvió como una plataforma en la que se establecen pabellones por nacionalidad, que incluían un área gastronómica, para representarse ante los 29 millones de asistentes.
En el pabellón de Estados Unidos, se atendieron sobre 12,000 personas diariamente de unos 150 países. Los participantes VIP a que Román sirvió sumaron a 33,000.
Además, la boricua organizó 110 eventos para el pabellón de Estados Unidos. Unas 519 personas se presentaron artísticamente.
“Si me llevo algo de este World Expo es la humildad, porque tú puedes crear un sinnúmero de cosas, crear una experiencia, pero detrás de cada evento hay un equipo de trabajo que te da el 2,000% y el calor, el servicio no tiene lenguaje. La hospitalidad es un lenguaje universal”, afirmó.
“La visión de dos ‘bartenders’”
Cha y Kimberly “Kim” Baily, su socia y también esposa, estaban claras: tenían que crear algo “grande” para organizar macroeventos e impulsar sus carreras.
Así nació Lucky Elephant Solutions, “la visión de dos ‘bartenders’” y un estudio de diseño y consultoría tiene presencia global. La empresa colabora con restaurantes, hoteles y organizadores de eventos para crear eventos que combinen diseño, eficiencia y rentabilidad.
Por lo tanto, el equipo diseña espacios, menús, programas de bebidas, logística de eventos y ofrece consultoría integral de alimentos y bebidas.
“Queríamos cambiar la forma en que se diseña las operaciones de hospitalidad”, detalló al indicar que, con sus clientes, se les acompaña desde las primeras ideas creativas hasta el servicio final.
“Nos enfocamos en todo lo que es servicio de hotelería, restaurantes y ahora con macro eventos en crear conceptos de alimentos y bebidas que tengan sentido, que sea operacionalmente bueno, para el empleado un ambiente de trabajo bueno y que también genere ingresos para el dueño y, sobre todo, crear momentos y experiencias memorables, porque eso es lo que se crea con esta industria”, describió.
“Pepiniana con orgullo”
Cha nació, se crió y estudió en San Sebastián.
“De ahí empiezan todas mis raíces”, dijo al reiterar que es “pepiniana con orgullo”.
Ingresó a la Universidad de Puerto Rico, recinto de Aguadilla, en 1998. Luego, se transfirió al recinto riopedrense, donde completó su bachillerato en sociología en el 2003.
Aunque su sueño inicial era ser chef, comenzó a laborar en Hotel La Cima, en Aguadilla. Allí, era “barback”, o ayudante de barra. Inicialmente, se le prohibía a Román hasta de tocar las botellas de bebidas alcohólicas, hasta que un día su colega le pidió un trago e identificó el talento que abrazaba.
“Jamás se me va a olvidar. (La colega) me dice ‘si algún día tú necesitas un trabajo, siempre lo vas a tener, porque al ser ‘bartender’, saber servir, eso te va a llevar a cualquier sitio. En cualquier parte del mundo puedes trabajar”, pronosticó su compañera de trabajo.
Al graduarse, continuó en el sector hospitalario en Puerto Rico y trabajó en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Dividía su tiempo para organizar “uno que otro evento” antes de zarpar hacia los Estados Unidos, uniéndose a miles de boricuas quienes han establecido en Orlando, Florida, un segundo hogar.
“Todo el mundo esperaba que yo siguiera en psicología o leyes. (Pero), aunque fui a la universidad, me enfoqué siempre… en lo que era todo lo relacionado a comida y bebida y, al pasar los años, siempre quise hacer algo más grande y buscar algo diferente y, ahí, es que me mudo a los Estados Unidos y empiezo mi carrera en los Estados Unidos”, explicó.
“Por más que traté de salirme (del sector de hospitalidad), no podía, porque siempre me halaba ese deseo de crear una experiencia, de demostrar el calor y los detalles siempre me ha llenado, sobre todo el puertorriqueño, porque el puertorriqueño se reconoce por ser tan cálido, tan ‘attention to detail’, tan hospitalario y eso ha nacido en mí. Desde que tengo razón, quiero hacer algo grande con eso”, continuó.
En 2011, llegó a Orlando para dedicarse completamente a la organización de eventos. En 2015, ya “cansada de Mickey Mouse”, se trasladó a Tampa y creó a Lucky Elephant Solutions. Gracias a su arduo trabajo, forjó el camino hacia tierra nipona.
“Soy una mujer puertorriqueña que me encanta la hospitalidad, los viajes y la experiencia que conecta la gente. Creo que eso fue lo que me hizo empezar este ‘journey’, este proceso en la vida. Empecé como ‘bartender’ con mucho sueño y deseo de ser algo más grande y con el tiempo me fui especializando en diseño de operaciones, mixología”, aseveró.
En Tampa, disfruta de la compañía de su “pequeño núcleo”: su esposa, sus dos perros, su hermana Diandra, quien también es su héroe por su trabajo loable como enfermera que cuida a veteranos, y su sobrino, la “versión 1.7 mejorada mía”. Su familia extendida está en la Isla.
En Román, el anhelo de regresar a su Isla está presente. Aunque España le parece un destino interesante para vivir, espera regresar a su país, lo que ha puesto “en las manos de Dios”.


