Desde pequeña, Jennifer Torres tenía una cosa clara: amaba salir de Puerto Rico y viajar. Lo que no imaginó es que un reencuentro la llevaría a dejar definitivamente la isla y que convertiría su pasión por los viajes en un trabajo a tiempo completo.

Torres nació en Bayamón, pero se denomina cagüeña de corazón, ciudad en la que creció.

Amante de los viajes, Jennifer Torres logró convertir su pasión en su trabajo.

Su amor por los viajes lo atribuyó a su infancia, cuando salía de Puerto Rico para visitar familiares en Estados Unidos junto a su hermano y su madre. Desde entonces, empacaba maletas con la emoción que le generaba saber que comenzaría una nueva aventura.

Relacionadas

Tras crecer, escogió la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras como su alma mater. Allí cursó estudios generales.

Un tiempo después de comenzar a estudiar en la IUPI, una visita a la escuela de su madrina la hizo cambiar de rumbo por primera vez en su vida.

“Mi madrina es maestra de educación especial. Fui con ella a la escuela en la que trabajaba para solucionar algo personal, y entonces me presentó a una compañera de ella que era terapista del habla. Allí estuve mirando, curioseando. Me gustó mucho lo que hacía”, contó a Primera Hora sobre la experiencia.

Al salir de la escuela con su madrina no hubo mucho que pensar. Decidió hacerle caso a su intuición y finalmente, se mudó a estudiar terapia del habla en la Universidad Carlos Albizu en San Juan.

“Ella me motivó”, dijo sobre la mujer que vio trabajando con niños y que la hizo modificar su rumbo universitario.

Tras culminar sus estudios, trabajó como terapista del habla y también cursó una maestría en la misma universidad en la que hizo su bachillerato.

Más tarde, decidió emprender una nueva aventura y empacó maletas, pero ya no para salir a ver familiares en Estados Unidos, sino para irse un año a España a completar otra maestría, esa vez en musicoterapia.

Jennifer Torres en España
Jennifer Torres en España (Suministrada)

En España enfrentó lo que viven muchas personas que deciden irse a otro país: la soledad y el choque cultural.

“Fue difícil. Al principio estaba solita. Conocer personas ya a esa edad, porque estamos hablando después en maestría, era difícil. Además, el choque cultural, porque las personalidades aquí en España no son iguales a las de Puerto Rico o los latinos”, rememoró Torres sobre ese año, en el que según dijo, optó por fluir.

Concluida su segunda maestría, regresó a Puerto Rico y dio un nuevo giro a su carrera trabajando como profesora universitaria en la Universidad Ana G. Méndez en Bayamón y en la Carlos Albizu en San Juan.

Pero aunque su faceta laboral estaba en perfecto estado, su corazón no. Una ruptura amorosa la sacudió, según confesó.

Torres lloró esa relación.

Pero como todo camino difícil que el ser humano recorre lleva a la reflexión, decidió que era tiempo de dar el próximo paso: sanar. Fue esa reflexión sobre sanar lo que la hizo regresar a lo que tantos buenos recuerdos le dejó de niña: viajar.

Jennifer Torres en su viaje para reencontrarse. Boricua en España
Jennifer Torres en su viaje para reencontrarse. Boricua en España (Suministrada)

“Me planifiqué para irme todo el verano, 40 días específicamente, a viajar por ahí, por el mundo. Estuve parte de ese viaje acompañada por amigos, y parte de ese viaje solita”, recordó.

Casi al final de su viaje, cuando regresó a España, se reencontró con un viejo amigo.

“Yo lo conocía a él de mucho tiempo antes. Fue un contacto que siempre tuve aquí en Madrid. Y en ese viaje de los 40 días, me reencontré con él”, dijo.

“En ese momento no pasó nada. Cada uno siguió por su lado, pero luego como que seguimos hablando con más interés. Y como ya nosotros nos habíamos conocido en otro momento, pues, hablando y hablando, pasó (el huracán) María. Y ya ahí nosotros dijimos: ‘Mira, si esta relación va en serio, vamos a tomar decisiones, porque una relación a distancia es difícil’“, mencionó sobre una conversación que tuvieron.

El huracán María tocó tierra en Puerto Rico el 20 de septiembre de 2017, dejando a su paso un sistema eléctrico colapsado y cientos de casas sin techo.

En medio de la situación que vivía la isla, Torres nuevamente se refugió en un viaje. En esa ocasión, sin embargo, tomó un vuelo que sin saber, sería definitivo.

“Viví María, que fue septiembre. Luego, en noviembre, yo pude viajar a España. En abril del próximo año él fue a Puerto Rico y me comprometió, y en agosto me quedé acá ya definitivamente”, sostuvo.

Jennifer Torres durante su boda en España.
Jennifer Torres durante su boda en España. (Suministrada)

Su vida en España junto a su ahora esposo inició retomando el trabajo como terapista del habla, aunque de manera remota.

Cuatro años después, Torres volvió a apostar por su primer amor: los viajes, aunque ahora para convertirlos en trabajo.

“Continué trabajando como patóloga de habla online. Despúes, con una amiguita mía de aquí, montamos una agencia de viajes que se llama: ‘A mi aire viajes’”, dijo sobre su nuevo proyecto, en el que planifica viajes a cualquier parte del mundo para personas que estén interesadas en delegar todo lo que conlleva su estadía en otro país.

A ese negocio le ha dedicado dos años de su vida.

“Nosotros lo que hacemos es la gestión. Somos como una agencia de gestión donde montamos el viaje personalizado. Entonces, por ejemplo, me dicen: ‘mira me gusta viajar en tren, no me gustan los hoteles, me gustan los Airbnbs y quiero ir a París, Roma y Madrid’'. Ahí nosotras te hacemos una ruta, buscamos los trenes como te gustan, los aviones como te gustan, los airbnbs si no son hoteles, y te los montamos toditos a tu preferencia. Cada viaje es individual”, explicó sobre lo que hace en ‘A mi aire viajes’.

Ahora, con ese nuevo proyecto, su matrimonio y un hijo, siente a España como su casa.

“Hasta ahora, España siempre va a ser nuestro hogar”, culminó diciendo.