Las ballenas jorobadas han comenzado a engalanar las costas borincanas con sus impresionantes brincos y aleteos.

Algunos suertudos ya han tenido la dicha de ver sus actos. De inmediato, han subido fotos y vídeos a las redes sociales, como ocurrió el pasado fin de semana frente a El Morro.

La novedad es que “este año llegaron un poquito tarde”, afirmó la bióloga del Programa de Rescate de Mamíferos Marinos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Grisel Rodríguez Ferrer.

Por lo común, las ballenas jorobadas comienzan a migrar a Puerto Rico y otras zonas tropicales entre octubre y noviembre. Sin embargo, este año el primer avistamiento se registró el pasado 9 de enero en la zona de Isabela, informó la funcionaria.

Además de su tardía migración, se ha percibido un cambio en el comportamiento.

“Lo que hemos notado es que las ballenas se están moviendo más hacia el norte. Antes, aparecían primero en el Canal de Mona y por eso siempre se habían avistado en Rincón. Este año fue en Isabela”, destacó la experta.

Rodríguez Ferrer dijo que no se tiene una explicación científica al cambio de patrón que se ha notado en este periodo de invierno en el que las ballenas suelen huirles a aguas frías para reproducirse y parir. Expuso que pudiese relacionarse al cambio climático.

Ángela Luisa Colón Urbina compartió con Primera Hora estas imágenes del mamífero en las aguas del Canal de San Juan.

Explicó, además, que el aumento que se ha registrado en el número de ballenas en el mundo, que se cree alcanzan las 800,000 ejemplares, también pudo haber provocado que comiencen a buscar nuevas zonas en las cálidas costas de Puerto Rico.

“Ellas vienen a reproducirse o a parir y van a buscar zonas donde haya menos competencia”, expresó.

Estos cambios de patrón no tendrán una explicación científica, por lo menos que surja desde la Isla, ya que el DRNA no realiza ninguna investigación sobre estos mamíferos, reconoció Rodríguez Ferrer.

La experta explicó que, por lo común, es entre enero y marzo que estos mamíferos comienzan a parir cerca de la Isla. Una vez su cría aumente de peso, regresan a aguas más frías. Su ausencia se hace sentir entre mayo a junio.

Si desea ver estas ballenas en plena acción, sepa que donde más oportunidades tiene es en el área norte. Esto se debe a que la “plataforma es más reducida” y encuentran zonas profundas cercanas a la costa.

Sin embargo, estos mamíferos también suelen visitar el sur de la Isla. Lo que sucede es que su actividad se genera más alejada a la costa. Rodríguez Ferrer comentó que las personas que van en barcos de pesca comercial son las que tienen mejor probabilidad de verlas en el mar Caribe.

“Son las crías los más activos brincando”, agregó.

Por otro lado, la científica destacó que la importancia de que este animal llegue a las costas de Puerto Rico va más allá de la belleza escénica que genera.

“La especie puede traer nutrientes cuando defecan de zonas templadas que son más productivas que acá y ayudan a la diversidad de las especies, específicamente de los mamíferos marinos”, destacó.

No las hostigues

La presencia de estas ballenas en aguas de Puerto Rico crea una curiosidad entre el humano que pudiese poner en peligro su vida y la de su cría.

Rodríguez Ferrer explicó que este animal es protegido por la Ley de Observación de Ballenas, el Acta de Protección de Mamíferos Marinos y la Ley de Especies en Peligro de Extinción. Estas últimas dos regulaciones son federales.

En esencia, las legislaciones establecen que una embarcación no puede acercarse a una ballena.

“Tiene que estar a 100 metros de distancia de las ballenas, nunca se le debe cruzar al frente y se debe dar un espacio de 180 grados para que el animal pueda seguir su rumbo”, explicó.

“A 100 metros podemos tomar la foto de la vida, el video del año, sin estar molestándola. Eso es importante”, añadió la bióloga marina.

El problema de acercarse a una ballena es que la madre puede alejarse rápidamente y dejar desprotegida a su cría, lo que podría causarle la muerte. Además, la madre puede quedar varadas en su huida.

“Muchas especias se varan y mueren por ingesta de plástico o enredadas con hilo de pesca”, comentó. 

Las personas a las que se le impute hostigar una ballena podrían enfrentar multas entre $100 a $20,000 tanto foro estatal o federal, así como hasta un año de prisión. 

Si desea reportar un avistamiento o varamiento de ballenas, puede comunicarse con el Servicio de Emergencias 9-1-1, al Cuerpo de Vigilantes del DRNA al 787-724-5700 o a través de la aplicación whaleanddolphin911, administrada en Puerto Rico por la agencia de protección ambiental.

Curiosidades de la ballena jorobada

1.     Su nombre científico es Megaptera novaeangliae.

2.     Es la tercera especie de mamífero más grande.

3.     Se les mataba para sacarle el aceite, lo que afectó la población mundial.

4.     Las hembras pueden llegar a pesar 88,184 libras.

5.     Llegan a medir 50 pies.

6.     Migran cada año a zonas tropicales o subtropicales durante el invierno para reproducirse o parir sus crías.

7.     Los machos cantan las canciones más largas y complejas del reino animal.

8.     Un estudio de la Universidad de Islandia identificó que poseen un reportorio de 15 cantos distintos relacionados al proceso del apareamiento.

9.     Es una de las especies de ballena más energética, que produce saltos, golpes de aleta y pectorales.

Fuente: DRNA y ar.whales.org