Así es como un agujero negro "se traga" una estrella
Es la primera vez que se ve directamente la llamarada emitida durante el evento.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Una nueva imagen sobre un fenómeno estelar ha llegado gracias a la observación de diversos telescopios, informó la NASA. Se trata de una estrella siendo destruida por un agujero negro gigante a 150 millones de años luz de la Tierra cuando fue absorbida por la gravedad de ese cuerpo celeste.
El evento fue capturado por un telescopio en Estados Unidos y logró obtener importantes datos de investigación que no se habían obtenido en el pasado.
La fotografía tomada por el VLBA muestra a un agujero negro con una masa que es más de 20 millones de veces la del Sol, consumiendo a una estrella que dobla la masa de nuestro astro principal. Más allá de la espectacular imagen, los científicos tan valoraron la cantidad de información que se obtuvo al estudiar el fenómeno.

Hasta la fecha, sólo se sabe de un pequeño número de "muertes estelares" de estrellas, aunque los científicos creen que puede ser un efecto más común de los que se tienen datos. Sin embargo, "nunca antes habíamos sido capaces de observar directamente la formación y evolución de una propulsión de uno de estos eventos", señaló Miguel Pérez-Torres, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía, en España.
Los primeros indicios de este evento fueron obtenidos en enero de 2005, cuando el Telescopio William Herschel, en las Islas Canarias, descubrió pequeñas señales de radio desde el grupo de galaxias Arp 299, que fueron nuevamente encontradas en julio del mismo año.

Tras mantener diversos estudios y observaciones en la zona, los científicos lograron identificar una propulsión moviéndose a un cuarto de la velocidad de la luz de ondas que no fueron absorbidas por el centro de la galaxia y lograron ser capturadas desde la Tierra.
"La mayoría del tiempo, estos agujeros negros supermasivos no están activamente devorando objetos a su alrededor, sino que se encuentran en un estado de tranquilidad", explicó el científico, agregando que es por esto que la observación "nos entrega una oportunidad única para avanzar en nuestro entendimiento sobre la formación de ellos".