Cabo Cañaveral, Florida. Un astronauta de la NASA que está por dejar el planeta durante seis meses se irá sin la consabida fanfarria ni la presencia de sus familiares debido al coronavirus.

Chris Cassidy dijo el jueves que no habrá invitados en su lanzamiento del 9 de abril desde Kazajistán. Espera despedirse el viernes en Rusia de su esposa, Julie, tres semanas antes de lo planeado.

Debido al brote del coronavirus, ella regresará a su casa en Houston. Mientras tanto, uno de sus tres hijos intenta regresar a Estados Unidos desde Nueva Zelanda.

También habrá un equipo más pequeño para el lanzamiento.

“Realmente será extraño”, dijo Cassidy desde la sede cosmonauta en la Ciudad de las Estrellas, Rusia.

Agregó que ya está en cuarentena antes de su viaje a la Estación Espacial Internacional.

“Las cosas que estresan al resto del mundo y al resto de Estados Unidos, son las mismas cosas que me estresan a mí ahora”, dijo Cassidy.

“Como generación, no es como cualquier otra época de nuestras vidas”, agregó. “Tendré mi propia historia interesante para los años venideros”.

Cassidy también lidia con un cambio de equipo tardío e inusual. Pasará seis meses y medio en la estación espacial con dos rusos que fueron asignados para volar hace sólo un mes, después de que uno de los principales cosmonautas sufriera una lesión ocular.

Mientras entrenan juntos para ponerse al día, Anatoly Ivanishin e Ivan Vagner han tomado precauciones para mantenerse libres de gérmenes, al lavarse con frecuencia las manos y con una distancia segura entre ellos.

Tras su llegada, el equipo de la estación espacial se reducirá de seis a tres por semana. Permanecerá en tres personas hasta que SpaceX lance dos astronautas de la NASA, probablemente desde principios de mayo, o llegue otra tripulación en la cápsula rusa Soyuz hacia finales de año.

Con sólo tres personas a bordo, sin duda la carga de trabajo será extraordinaria.

“Eso no me molesta”, indicó Cassidy. “De hecho, estoy emocionado”.

Cassidy, Ivanishin y Vagner saldrán el martes hacia el cosmódromo Baikonur en Kazajistán. Como es costumbre, ahí estarán aislados en un hotel especial para astronautas. Pero el día del lanzamiento, no tendrán los acostumbrados vítores ni palmoteos de la gente de prensa y otros entusiastas reunidos.