Co fundador de Google espera demostrar ser buen director
Pero de cara al lunes, cuando asumá la dirección general,debe demostrar que su carácter tímido, sus rachas

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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San Francisco.- Larry Page tiene la visión, pasión e inteligencia que Google necesita en su próximo líder.
Pero de cara al lunes, cuando asumirá la dirección general, el cofundador de Google debe demostrar que su carácter tímido, sus rachas de rebeldía y su afinidad por la búsqueda de ideas heterodoxas no asustarán a los inversionistas ni dejarán la empresa a la deriva.
Page toma el mando en medio de nuevas amenazas representadas por competidores que crecen rápido y por un escrutinio mayor de parte de los reguladores.
A los inversionistas acostumbrados a la consistencia de Google en exceder las metas financieras les preocupa que el nuevo liderazgo ponga mayor énfasis a proyectos a largo plazo que tardan años en dar rendimientos. Y mucha gente aún no está segura de que Page tenga suficientes habilidades administrativas para guiar a la más poderosa compañía de internet.
Page ya ha aprendido que la inteligencia por sí misma no lo convertirá en un gran líder. Aunque impresionó a los inversionistas iniciales de Google con su ingenio, ellos aún así insistieron en que renunciara en el 2001 como el primer director ejecutivo de Google. Entregó el puesto a Eric Schmidt, un ejecutivo con experiencia que comenzó a trabajar en el Valle del Silicio a inicios de la década de 1980 cuando Page apenas estaba en la escuela primaria.
Los admiradores de Page dicen que, a los 38 años de edad, es más maduro y menos propenso a llegar siempre tarde a las reuniones o a desconectarse de conversaciones que no estimulan su intelecto, hábitos en los que cayó durante su primer período como director ejecutivo.
"Hay partes de la labor de director ejecutivo que no encajan con la personalidad de Larry", dijo Craig Silverstein, primer empleado contratado por Page y por el otro fundador de Google, Sergey Brin, cuando iniciaron la empresa en 1998. "Cuando se es director ejecutivo uno se pone muchos sombreros diferentes.Algunos de ellos son muy interesantes para Larry y algunos de ellos, probablemente, son menos interesantes".
Congruente con su forma taciturna de ser, Page no ha dicho mucho públicamente desde que Google realizó su anuncio sorprendente en enero de que él reemplazaría a Schmidt como director ejecutivo. Google señaló a la AP que Page no estaba disponible para una entrevista.
Page, sin embargo, ha dejado pocas dudas sobre su prioridad máxima: disolver la burocracia y complacencia que acompañó la rápida transformación de la compañía en un imperio del siglo XXI. Se espera que Google termine el año con más de 30 mil empleados y un ingreso anual de $35,000 millones.