Ese inseparable amigo de más de 6.000 millones de usuarios en el mundo, vital para los negocios, las comunicaciones e inclusive para las relaciones interpersonales, celebró el pasado miércoles su aniversario número 40. Aunque el artefacto estrenado en ese entonces parecía un ladrillo, fue el primer teléfono celular desde el cual se hizo una llamada.

El 3 de abril de 1973, Martin Cooper probablemente no vislumbró lo que ese aparato de dos libras y media, con el cual salió a las calles de Nueva York, significaría para la humanidad. Su batería duraba apenas unos 20 minutos y era de complejo funcionamiento. Sin embargo, el alto funcionario de Motorola, una pequeña empresa de Chicago, había creado un celular autónomo.

La primera llamada sería, además, otro acto de gran simbolismo: Cooper le marcó desde su nuevo teléfono a su mayor competidor, Joel S. Engel, quien comandaba el programa celular de la gigantesca AT&T. Fue una proclamación de triunfo. Le dijo: "Joel, te llamo desde un teléfono celular, portátil, un teléfono celular real". Lo miraban incrédulos los transeúntes en Manhattan.

Si bien pasó una década para que el primer celular fuese comercializado -a 3.900 dólares-, la demostración de que era posible comunicarse desde cualquier lugar con total autonomía cambió al mundo. La invención de Cooper no solo modificó las formas de comunicación, sino que se convirtió en una huella de identidad.

A finales de la década de los 90 empezaron a aparecer los smartphones, y la utilidad, capacidad y funcionalidad del móvil se incrementaron. Desarrollos posteriores bajo el sello BlackBerry, iPhone o Android potenciaron el invento de Cooper a un punto tal que él mismo confesó que si bien hace 40 años eran soñadores, no pensaron que los teléfonos llegarían a convertirse en lo que son ahora.

Es tal la necesidad que se ha generado en torno a él, que hoy, como sucede en Colombia, existen más móviles que personas. Por los casi 47 millones de habitantes, hay, según el Ministerio de Tecnologías de la Información, más de 49 millones de abonados.

Quizá aún no prevemos cuántas sorpresas más nos deparará este mágico e inimaginable invento que revolucionó al mundo.