Las Palmas de Gran Canaria. Los vulcanólogos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, en inglés) lo tienen claro: para saber lo que pasa en la isla de La Palma en estos momentos hay que seguir a sus colegas españoles y no picar en las informaciones que, de nuevo, vuelven a rescatar la teoría del megatsunami de la Cumbre Vieja.

“Recomendamos seguir a @involcan y a @IGNSpain, que está monitorizando la situación”, escribe en Twitter el departamento de volcanes del USGS, una de las grandes agencias científicas del Gobierno federal de los Estados Unidos, en referencia a sus colegas del Instituto Volcanológico de Canarias y el Instituto Geográfico Nacional, las dos referencias científicas en esta crisis.

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“Y no se crean el ‘clickbait’ del ‘megatsunami’”, en referencia a los titulares que proliferan por internet con escenarios apocalípticos sobre una ola de enormes proporciones que atravesaría el Atlántico y arrasaría el Caribe y la costa este de Estados Unidos.

Las teorías sobre esa megacatástrofe se basan en un artículo científico publicado en 2001, que planteó la posibilidad de que la Cumbre Vieja sufriera en una erupción una fractura que hiciera derrumbarse, de forma súbita, la vertiente oeste de La Palma.

Ese derrumbe masivo del terreno, sostenían los autores, sería capaz de generar una ola de proporciones descomunales (hasta 25 metros), que cruzaría el Atlántico a gran velocidad e impactaría con violencia contra toda la costa de América, de norte a sur.

Como ha recordado el Instituto Volcanológico de Canarias esta misma semana, esa hipótesis hace tiempo que fue refutada, porque la Cumbre Vieja es estable.

Para que se produjera un gran deslizamiento, precisa, deberían producirse necesariamente y de forma simultanea una erupción explosiva de gran magnitud y un terremoto de magnitud excepcionalmente alta o, también, que la erupción hiciera crecer la Cumbre Vieja en 1,000 metros más de altura.

Ahora bien, si se atiene a lo que ha crecido como promedio La Palma en el último millón de años debido a las erupciones, para sumar esos mil metros adicionales tendrán que pasar 40,000 años.