Un cohete de SpaceX explotó el miércoles por la noche en Texas durante una prueba, causando una impactante bola de fuego en el cielo.

La compañía informó que la Starship “experimentó una anomalía importante” alrededor de las 11:00 de la noche cuando estaba en la plataforma de prueba preparándose para el 10mo vuelo de prueba en Starbase, el complejo de lanzamiento de SpaceX en el extremo sur de Texas.

“Se mantuvo un área de seguridad alrededor del lugar durante toda la operación y todo el personal está a salvo y localizado”, indicó SpaceX en un comunicado en la red social X.

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Esto marcó el último de una serie de incidentes que involucran cohetes Starship. El 16 de enero, uno de los enormes cohetes se desintegró en lo que la compañía llamó un “desmontaje rápido no programado”, enviando rastros de escombros en llamas cerca del Caribe. Dos meses después, SpaceX perdió contacto con otro Starship durante un vuelo de prueba el 6 de marzo cuando la nave se desintegró, con restos vistos sobrevolando Florida.

Tras las explosiones consecutivas, uno de los cohetes Starship de 123 metros (403 pies), lanzado desde el extremo sur de Texas, perdió el rumbo y se desintegró el 27 de marzo. SpaceX había esperado liberar una serie de satélites simulados después del despegue, pero eso se canceló porque la puerta no se abrió completamente. Luego, la nave comenzó a girar y realizó un aterrizaje descontrolado en el Océano Índico.

En ese momento, el CEO de SpaceX, Elon Musk, calificó el lanzamiento como “una gran mejora” respecto a las dos demostraciones anteriores y prometió un ritmo de lanzamiento mucho más rápido en el futuro, con un Starship despegando cada tres a cuatro semanas para los próximos tres vuelos.

SpaceX aseguró que no había riesgo para las poblaciones cercanas. Pidió a la gente que no intentara acercarse al lugar.

La compañía dijo que está trabajando con las autoridades locales para responder a la explosión.