WASHINGTON. Científicos australianos han hallado las huellas fósiles más antiguas conocidas de un animal parecido a un reptil, fechadas hace unos 350 millones de años.

El descubrimiento sugiere que después de que los primeros animales emergieran del océano hace unos 400 millones de años, desarrollaron la capacidad de vivir exclusivamente en tierra mucho más rápido de lo que se suponía.

“Pensábamos que la transición de las aletas a las extremidades había llevado mucho más tiempo”, declaró el paleontólogo Stuart Sumida, de la Universidad Estatal de California, que no participó en la nueva investigación.

Hasta ahora, las primeras huellas de reptil conocidas, halladas en Canadá, databan de hace 318 millones de años.

Relacionadas

Las huellas antiguas de Australia se encontraron en una losa de arenisca recuperada cerca de Melbourne y muestran pies de reptil con dedos largos y garras ganchudas.

Los científicos estiman que el animal medía unos 80 centímetros de largo y podría parecerse a un lagarto monitor moderno. Los hallazgos se publicaron el miércoles en Nature.

Según Per Ahlberg, paleontólogo de la Universidad de Uppsala (Suecia) y coautor del estudio, las garras ganchudas son una pista crucial para su identificación.

“Es un animal que camina”, dijo.

Sólo los animales que evolucionaron para vivir únicamente en tierra desarrollaron garras. Los primeros vertebrados, peces y anfibios, nunca desarrollaron uñas duras y siguieron dependiendo de entornos acuáticos para poner huevos y reproducirse.

Pero la rama del árbol evolutivo que dio lugar a los reptiles, aves y mamíferos modernos -conocidos como amniotas- desarrolló pies con uñas o garras aptos para caminar sobre suelo duro.

“Ésta es la evidencia más antigua que hemos visto de un animal con garras”, afirmó Sumida.

En la época en que vivió el antiguo reptil, la región era calurosa y húmeda y vastos bosques empezaban a cubrir el planeta. Australia formaba parte del supercontinente Gondwana.

Las huellas fósiles registran una serie de acontecimientos en un solo día, según Ahlberg. Un reptil correteó por el suelo antes de que cayera una ligera lluvia. Algunos hoyuelos de gotas de lluvia ocultaron parcialmente sus huellas. A continuación, otros dos reptiles pasaron corriendo en dirección opuesta antes de que el suelo se endureciera y quedara cubierto de sedimentos.

Las huellas fósiles son hermosas porque nos dicen cómo vivía algo, no sólo qué aspecto tenía", explicó John Long, paleontólogo de la Universidad Flinders de Australia y coautor del estudio.