El ambientalista Luis Jorge Rivera Herrera se convirtió en uno de los ganadores del premio ambientalista Goldman, por su participación en la lucha por proteger el ambiente.

La página oficial de los premios Goldman dice que Rivera Herrera es recipiente del premio porque "ayudó a dirigir una exitosa campaña para establecer una reserva natural enel Corredor Ecológico del Noreste (CEN)... y proteger el legado natural de la isla de desarrollos nocivos".

Además de su ayuda en el CEN, Rivera Herrera ha participado en otras iniciativas ambientalistas por más de una década, como la defensa de la zona del Karso, protección de zonas costeras y lucha contra desarrollos urbanos como Paseo Caribe.

"Para mi es motivo de gran satisfacción, como orgulloso representante de la Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste, pero sobre todo, como Puertorriqueño, haber recibido esta distinción, tal y como también lo hicieron en el pasado Don Alexis Masol (año 2002) y Rosa Hilda Ramos (año 2008)", expresó Rivera Herrera en declaraciones escritas a la prensa.

En el comunicado se describe el premio Goldman como el equivalente al Premio Nobel en el campo del activismo ambiental a nivel internacional. 

Según un comunicado, se otorgará el premio a los ganadores en una ceremonia reservada solo para invitados hoy a las 5:30 de la tarde en el Teatro de la Ópera de San Francisco (este evento se transmitirá en vivo en línea: www.goldmanprize.org/ceremony). Habrá después una ceremonia en el Edificio y Centro de Comercio Internacional Ronald Reagan (Ronald Reagan Building and International Trade Center) en Washington, D.C., el día miércoles, 20 de abril a las 7:30 PM.

La página de los premios indica que Rivera Hererra es uno de seis recipientes a nivel mundial de la distinción en el 2016.  Los otros ganadores son Leng Ouch, de Cambodia, por documentar actos de corrpución relacionados a conceciones de tierras del gobierno; Zuzana Caputová, de Slovakia, por dirigir una campaña contra un vertedero tóxico;  Destiny Watford, de Estados Unidos, por su lucha contra una incineradora cerca de una escuela en Baltimore; Máxima Acuña,  de Perú, una agricultora que lucha contra desarrollos mineros; y Edward Loure, de Tanzania, por dirigir esfuerzos para que comunidades y no ciudadanos obtengan la titularidad de sus tierras.