Grandes, pequeñas, enormes… voladoras, rastreras, esquivas y, sobre todo, ASQUEROSAS.

Al menos esa es la percepción del humano promedio al enfrentarse con una cucaracha. Estos insectos prehistóricos se han paseado por la Tierra desde que el mundo es mundo, así que el primer grito al verse con una de frente todavía debe andar retumbando en el espacio.

Racionalmente, sabemos que las cucarachas son incapaces de hacernos daño (por su tamaño y relativa fragilidad) pero, en realidad, son minitanques de guerra: estos insectos tienen un exoesqueleto que aguanta mucho abuso y, para matarlas, mejor un chancletazo que un baño con insecticida.

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Si quieres saber más de estas “amiguitas” que se esconden en cualquier recoveco de tu casa, sigue leyendo.

1. Existen 4 mil especies, pero solo 30 de ellas viven en las ciudades. Aunque todas cargan bacterias, las mismas son convenientes ambientalmente hablando porque consumen materia orgánica.

2. Hablando de alimentación, realmente no tienen que comer por largos periodos de tiempo pero, cuando les dan los “munchies”, le someten a lo que sea: cuerpo, papel, jabón, pega, chicle, restos de comida…

3. Los huevos de las cucarachas pueden seguir su ciclo incluso si las madres murieron, porque los depositan en cualquier parte o, incluso, los retienen en sus cuerpos hasta que sea momento de nacer. Si eres valiente y te fijas luego de que mates una cucaracha, verás que expulsan la cápsula con los huevos y, por cierto, también tienes que aplastar la misma. Suerte con eso.

4. Son “freaks” de la naturaleza: no necesitan la cabeza para vivir porque la parte más importante de su cuerpo es el sistema respiratorio (a los lados del cuerpo). Cuando mueren (sí, están sin cabeza) es por sed.

5. Para completar, las condenadas bucean: pueden estar bajo el agua por treinta minutos, y aguantar la respiración por cuarenta.

6. No, no sobreviven una guerra nuclear, pero casi: pueden soportar hasta 15 veces más radicación que un ser humano. De hecho, en la serie de Discovery Channel “Myth Busters”, los protagonistas fueron tan lejos como llevar una cucaracha a un reactor nuclear a ver “qué pasaba”. El insecto no sobrevivió, acabando con el mito.

7. ¿Sabes por qué se viran “patas pa’rriba” cuando están muriendo? Por el rigor mortis, o sea, sus patas se contraen involuntariamente y eventualmente acaba virándose de espalda.

8. En condiciones adecuadas, pueden vivir más de un año y la vejez se les nota: caminan más lento, sufren problemas con las articulaciones, no reaccionan tan rápido ante el peligro y les cuesta trepar paredes o superficies inclinadas. Poco después, mueren.

9. La cucaracha más grande del mundo es la Megaloblatta longipennis , que se puede encontrar en Perú, Ecuador y Panamá, según el libro de Récords de Guinness. La condenada mide cuatro pulgadas de largo, casi dos pulgadas de ancho y sus alas se extienden hasta ocho pulgadas.

10. Por si te interesa, la más rápida es la Periplaneta americana, que alcanza velocidades que, en los humanos, equivaldrían a correr a casi 200 millas por hora. Ni el velocista Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, compara con eso porque su carrera es de casi 28 millas por hora.

La ñapa: estos insectos son altamente inteligentes. Tienen memoria a largo plazo, son capaces de distinguir la derecha de la izquierda y, para colmo, toman decisiones en grupo. Nuestra conclusión: el día que se decidan a acabar con nosotros, bien podrían hacerlo porque hay  7.3 billones de humanos… pero las cucarachas son tantas que nadie ha podido ni estimar cuántas existen.

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