A solo días de que inicie la temporada de huracanes de 2013, los pronósticos han comenzado a surgir y no son muy alentadores, pues vaticinan una jornada ciclónica muy intensa.

Aunque hay ciertos grados de diferenciación entre los diversos pronósticos que se han publicado, en síntesis, los expertos prevén una temporada extremadamente activa con el posible desarrollo de entre 13 y 20 tormentas nombradas.

De estas, según el Centro Nacional de Huracanes (NOAA), que emitió su pronóstico ayer, hay un 70% de probabilidad de que entre siete y 11 se conviertan en huracán (con vientos de 74 millas o más) y entre tres y seis en huracanes de mayor intensidad con vientos sostenidos de más de 111 millas por hora, según expresó en conferencia de prensa la administradora del NOAA, Kathryn Sullivan.

Estas predicciones están por encima de lo que se considera una temporada ciclónica normal, 12 tormentas tropicales nombradas, seis huracanes y tres huracanes de mayor intensidad.

“Con la devastación de Sandy aún fresca en nuestras mentes, y una temporada más activa, todo el mundo de la NOAA se compromete a proporcionar de previsiones, de cara a estas tormentas, y asegurar que los estadounidenses están preparados y listos antes de tiempo”, señaló Sullivan.

Mientras, según los llamados gurús de los huracanes William Gray y Philip J. Klotzbach, de la Universidad de Colorado, durante la temporada ciclónica, que inicia el 1 de junio y se extiende al 30 de noviembre, es probable que se desarrollen 18 tormentas tropicales y nueve huracanes, cuatro de los cuales deberían convertirse en fenómenos de alta intensidad.

En el caso de Puerto Rico, la probabilidad de que nos veamos impactados directamente por un fenómeno atmosférico es de un 50%, de acuerdo con Gray y Klotzbach.

Con este panorama, sería lógico pensar que, desde ya, cada familia puertorriqueña empiece a trabajar con su plan de acción para que ningún evento atmosférico nos tome desprevenidos.

Pero, vamos, todos sabemos que, fieles a las tradiciones, la mayoría de nosotros esperamos al filo del azote de la tormenta para comprar paneles, latas de salchicha, atún, agua embotellada y, peor aún, verificar si el generador eléctrico funciona o si hay velas por algún lado de la cocina.

Sin embargo, la necesidad de recalcar la importancia de estar preparados para esta temporada es clara.

Por su parte, el equipo de expertos de accuweather.com pronosticó un panorama muy similar, aunque menos inquietante, con 16 tormentas y ocho huracanes, cuatro de los cuales podrían ser de alta intensidad.

“Creemos que este año será más acorde con una típica temporada activa”, indicó el meteorólogo senior de accuweather.com, Dan Kottlowski, cuyo equipo pronosticó que la primera tormenta podría surgir tan pronto como en el mes de junio.

En el 2012, el panorama era más o menos igual, con 19 tormentas tropicales. En el caso de la Isla, no fuimos azotados directamente por ningún fenómeno atmosférico, aunque la tormenta Isaac nos dio un sustito, dejando lluvia a su paso.

“Nosotros siempre estamos en riesgo y hemos tenido unas temporadas bien activas, como la del 2005... la preocupación de nosotros tiene que ser la misma. El riesgo es el mismo porque estamos en el corredor de estos sistemas tropicales”, enfatizó la meteoróloga Deborah Martorell.

Todo a su favor

Martorell sostuvo que, sin duda, será una temporada más activa de lo normal, lo que es atribuible a varias peculiaridades de la naturaleza que ayudarán al desarrollo de eventos atmosféricos.

Una de estas es que las temperaturas del océano Atlántico y el mar Caribe estarán más calientes de lo normal. “Los sistemas tropicales son una respuesta directa a esas temperaturas oceánicas. El combustible de los sistemas de agua es el vapor de agua”, explicó.

“Los sistemas tropicales son la manera de la naturaleza de liberar el exceso de calor y, cuando tenemos el océano caliente, genera más vapor de agua y ese es el combustible. Por eso, vemos más sistemas”, detalló la reportera del tiempo.

A esto se suma que, durante esta temporada ciclónica, brillarán por su ausencia tanto El Niño como La Niña.

La ausencia de El Niño provocará que en el océano Atlántico no se generen vientos fuertes cortantes, que son –justamente– los que evitan el desarrollo de sistemas tropicales o ayudan a que, una vez organizados, pierdan fuerza.

“Este año se espera que las condiciones oceánicas y atmosféricas en la cuenca del Atlántico generen más huracanes (y más fuertes) ”, confirmó Gerry Bell, Ph.D., principal pronosticador de temporada de huracanes del NOAA.

¿Por qué huracanes de mayor intensidad?

Los ciclones superiores a una categoría 2 son altamente probables debido a que se espera una reducción en los episodios del polvo de Sahara, factor meteorológico que también tiene el efecto de frenar el desarrollo de un fenómeno atmosférico.

“El polvo también limita la formación de los sistemas. Recuerda que la humedad es el combustible y el polvo del Sahara lo interrumpe y seca”, expresó Martorell.

A estar listos ya...

A pesar de que el posible azote de un huracán es anunciado con un mínimo de 36 horas de anticipación, la realidad es que nunca está de más prepararse para el inicio de la temporada el 1 de junio.

No solo evitarás el estrés de realizar labores a último minuto o de no conseguir los víveres de primera necesidad, sino que mejorarás el tiempo de los procesos de respuesta y recuperación, tanto individual como a nivel del Gobierno.

“Cada miembro de la comunidad debería estar preparado y entender su función en los planes de emergencia de su hogar, trabajo y vecindario”, expresó Alejandro de la Campa, director de la División del Caribe de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

La agencia –recalcó– es solo una parte del equipo de manejo de emergencias, que incluye al Gobierno Municipal, estatal y federal, a individuos y familias, organizaciones sin fines de lucro y al sector privado.

De hecho, como parte de sus esfuerzos, la agencia está trabajando en un estudio de campo, junto con otras agencias federales y estatales, para evaluar la capacidad de comunicación y coordinación de las agencias de respuesta durante una emergencia.

La NOAA anunció, además, que para esta temporada de huracanes mejorarán los modelos de predicción, la recopilación de datos, así como el procedimiento de comunicación.

También se han introducido cambios para permitir que las advertencias de huracán se mantengan en vigor para tormentas que, como Sandy, se convierten en fenómenos subtropicales.