Este año el calendario se ve afectado por un día extra: el 29 de febrero. El fenómeno se produce cada cuatro años y se conoce como año bisiesto, ocurre cuando hay un ajuste en el almanaque para corregir una acumulación cuantificada de tiempo de los 365 días normales del año.

¿Qué pasaría si no existiera el 29 de febrero y los años bisiestos?

Si no se adicionara el día extra que se agrega en febrero, no habría una sincronización con los calendarios que siguen el tiempo en el que la Tierra órbita y se tarda en dar la vuelta alrededor del Sol.

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Después de cada cuatro años, por una acumulación, hay unas horas sobrantes que completan un día entero de 24 horas. Esta medida se ajusta a la astronomía y lo planteado en el calendario gregoriano.

Según expertos, si el 29 de febrero no existiera, afectaría progresivamente varios eventos y fechas importantes en el mundo. También, la planificación de cultivos y la regulación del clima cambiarían.

De acuerdo con el doctor Bob Craddock, geólogo del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsonian, al agregar un día bisiesto se prolonga el tiempo. En caso de no hacerse, afectaría el alineamiento de las estaciones.

Entonces, esto podría llevar a que los solsticios y equinoccios ocurran en momentos diferentes a los esperados. Además, se iría sumando los desfases de días acumulados por cada año que no se agregó por el día de más.

¿Por qué sucede los años bisiestos?

Este existe para corregir una discordancia que hay en el tiempo exacto en el que la Tierra tarda en dar la vuelta alrededor del Sol.

De acuerdo con la Nasa, el año tiene 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45, 25 segundos más. Es decir que, por cada ciclo, se acumula un tiempo de seis horas, que se suma por cada cuatro años y da el resultado de 24 horas, lo que hace posible un día de más.

También, la historia de esta fecha se remonta en la antigua Roma, cuando se descubrió que el calendario no estaba del todo alineado con el Sol. Por esta razón, Julio César pidió ayuda al astrónomo Alejandrino Sosígenes para crear un calendario.

Sin embargo, los problemas continuaron. El calendario juliano tenía aproximadamente 11 minutos y 14 segundos de más, de acuerdo con el medio de noticias ‘BBC’.

La discrepancia generada hizo que diera luz el actual almanaque que siguen varios países del mundo: el gregoriano. Este fue denominado de esta manera por el papa Gregorio XIII, quien en el año 1582 estableció este.

Esto lo hizo porque había algunas fechas importantes en la religión que eran modificadas. De esta manera, se estableció el 29 febrero como el día designado para acomodar esta acumulación de tiempo.