‘Stormfury", el experimento científico estadounidense para intentar controlar los huracanes
El proyecto dio paso a los aviones cazahuracanes.

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En 1962, y durante dos décadas, el gobierno de Estados Unidos presentó un programa para intentar debilitar el poder mortífero y destructor de los ciclones tropicales. Se trataba del ‘Proyecto Stormfury’ (Furia de tormenta en español) que consistía en que aviones sobrevolaran el fenómeno para llenarlo con yoduro de plata.
La hipótesis consistía en que el yoduro de plata congelaría el agua sobreenfriada de la tormenta, alterando su estructura interna. Sin embargo, años más tarde se demostraría que la hipótesis no funcionaba. Durante 20 años de siembras -como eran llamadas las misiones para llenar con yoduro de plata las tormentas-, los científicos descubrieron que los ciclones tropicales tienen muy poca agua superenfriada y una gran cantidad de cristales de hielo, debido a que las corrientes ascendentes dentro de un sistema de este tipo son demasiado débiles para evitar que el agua caiga en forma de lluvia o se congele. Por eso era que todo lo que sustentaba el proyecto ‘Stormfury’ no era factible.
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Además, los investigadores entendieron que los huracanes no sembrados (los que no habían sido rociados con el yoduro) sufren a menudo los mismos cambios estructurales que se esperaban de los huracanes sembrados. Este hallazgo puso en entredicho los éxitos de Stormfury, ya que los cambios registrados tenían ahora una explicación natural.
El entusiasmo por intentar modificar el clima de los huracanes se dio a partir del Proyecto Cirrus, una colaboración de la General Electric Corporation, el Cuerpo de Señales del Ejército, la Oficina de Investigación Naval y la Fuerzas Aérea, que empezó el 13 de octubre de 1947, con en el huracán Cape Sable.
Los científicos que desarrollaron la investigación fueron Vincent Schaefer e Irving Langmuir, de la General Electric, pioneros en intentar la modificación del clima. A partir de sus resultados se dio paso a ‘Stormfury’.
Según cuenta Matthew Ponsford, en un artículo para BBC Future, “la mayor misión de Stormfury finalmente llegaría en 1969. El 18 y el 20 de agosto, 13 aeronaves participaron en cinco pasadas por el huracán Debbie, incluyendo un avión de reacción Navy A-6 Intruder, que dejó caer 1,000 botes de yoduro de plata cada día”.
El proyecto ‘Stormfury’ estuvo activo entre 1962 a 1983, diez años después del último intento por modificar un huracán. Y aunque no tuvo los resultados esperados, la ciencia mantuvo el legado de los aviones cazahuracanes para recolectar información, en busca de herramientas que permitan predecirlos y reducir sus impactos.

