“En 1877, George Eastman compró una cámara y le pagó a alguien para que le enseñara cómo usarla. Luego encontró una manera más fácil”, cuenta un artículo de archivo del diario “The New York Times” que recordaba el legado de Kodak poco después de que la icónica compañía multinacional se declarara en bancarrota en el 2012.

Antes de que tomar una foto fuera tan fácil como levantar un celular, Eastman trabajó arduamente en simplificar el proceso fotográfico hasta lograr poner una cámara sencilla y accesible en manos de todo el mundo con la invención del carrete en 1888. En 1892, fundó en Estados Unidos la Eastman Kodak Company -conocida simplemente como Kodak-, imperio que fue por más de 100 años sinónimo de fotografía.

La historia de Kodak suele resumirse a menudo como la caída de un gigante. La empresa marcó hitos y generaciones con sus cámaras, películas fotográficas e impresiones en papel. Pero los problemas comenzaron a fines de la década de 1990 cuando cada vez más consumidores empezaron a alejarse del papel fotográfico y a optar por la fotografía digital y los smartphones.

Pese a que Kodak había desarrollado la tecnología para fabricar cámaras digitales en 1975 no apostó con decisión por ese formato, ya que temía que su negocio de películas fotográficas, que para ese entonces representaba el 90% de la facturación de la empresa, se viera perjudicado.

“Kodak era un gigante empresarial, pero la tragedia de su colapso es más profunda. No es que la empresa no se haya podido salvar respondiendo al cambio. La tragedia es que Kodak inventó el cambio que finalmente lo mató. Un ingeniero de Kodak, Steven J. Sasson, inventó la primera cámara digital en 1975”, dice un artículo de Forbes publicado en el 2017 por el quinto aniversario de la quiebra de la empresa.

El propio Sasson contó en una entrevista al diario “The New York Times” cómo la administración de Kodak reaccionó negativamente a su cámara porque era una fotografía sin película, y le dijo que no se lo contara a nadie.

Al mismo tiempo, compañías como Nikon, Canon y Leica vieron una oportunidad y presentaron rápidamente sus productos. El destino de Kodak estaba sellado.

En quiebra

En adelante, ya con el revelado físico de fotos casi extinto, Kodak probó algunas estrategias para adaptarse a la nueva realidad, aunque aún se mostraba reticente a abandonar la caja amarilla que había sido el pilar de su negocio.

En 1992, por ejemplo, intentó combinar el cine con la electrónica. Comercializó el sistema Photo CD, un medio para almacenar imágenes electrónicamente para ver en televisores, pero el dispositivo fue un fracaso entre los consumidores.

Kodak introdujo su primera cámara digital recién en 1995, pero ya era muy tarde.

En el 2005, la compañía anunció que dejaba de fabricar película en blanco y negro. Cuatro años después, en el 2009, hizo lo mismo con la Kodachrome, su película en color más famosa que para entonces tenía 74 años de producción.

Kodak, con 120 años de trayectoria, se declaró en bancarrota en el 2012 tras haber reportado una pérdida de $222 millones en el tercer trimestre del 2011.

De fotos a medicamentos

La legendaria marca de fotografía salió oficialmente de la bancarrota en setiembre del 2013 y desde entonces había centrado su modelo de negocio en la venta de equipos y servicios de impresión digital para empresas. O así fue hasta esta semana, cuando anunció que incursionará en la fabricación farmacéutica con el apoyo del gobierno de Donald Trump.

Kodak Pharmaceuticals utilizará un préstamo del gobierno de Estados Unidos por 765 millones de dólares para producir componentes farmaceúticos cruciales que han sido identificados como esenciales pero han caído en una escasez nacional. Todo esto en respuesta a la pandemia de coronavirus.

La empresa, con sede en Rochester, Nueva York, afirmó que producirá “hasta 25% de ingredientes farmacéuticos activos utilizados en productos farmacéuticos genéricos no biológicos y no antibacterianos”.

Tras el anuncio, las acciones de Kodak en la Bolsa de Nueva York se llegaron a disparar más de un 1,000% el miércoles.

El presidente ejecutivo de Kodak, Jim Continenza, dijo en un comunicado que la empresa aprovechará su “vasta infraestructura” y experiencia en la fabricación de productos químicos para alcanzar “el retorno de una cadena de suministro farmacéutica estadounidense confiable”.

Esta no es la primera vez que Kodak se relaciona con productos farmacéuticos, aunque solo se mantuvo en el negocio durante unos años la última vez. La compañía compró al fabricante de medicamentos Sterling Drug por aproximadamente 5.1 mil millones de dólares en 1988 antes de venderlo en pedazos en 1994.