Damos una trillita en un prototipo eléctrico
Durante el reciente evento mundial Nissan 360, manejamos el Infiniti Emerg-E, un superdeportivo exótico experimental de motor eleéctrico

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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El Toro, California - Es muy rara la vez que a uno se le presenta la oportunidad de manejar un carro eléctrico. Más raro todavía es que ese auto eléctrico sea un vehículo experimental único en el mundo y todavía más inusual es que encima de todo eso, es que ese eléctrico sea un exótico deportivo de motor trasero. Sí, todo eso es bien raro, pero la ocasión en la que probé este auto también es sumamente inusual: la tercera edición del Nissan 360, un evento mundial que Nissan celebra cada cuatro años y en el que pone a disposición de los periodistas invitados todos y cada uno de los vehículos que produce alrededor del mundo… incluyendo algunos prototipos.
El prototipo que manejé allá es el Infiniti Emerg-E, un precioso carro concepto que debutó el año pasado en la exhibición de autos de Ginebra, Suiza. Y contrario a los usuales vehículos experimentales eléctricos, no es un carrito inofensivo cuyo único propósito es ser amigable con el ambiente. El Emerg-E sí es muy sensible con el ambiente porque no usa gasolina para correr, pero sí fue creado para castigar la brea. Estamos hablando de un superdeportivo exótico con un arranque de 0 a 60 mph de cuatro segundos.
Dos motores eléctricos instalados en la parte trasera le dan una potencia de 402 caballos de fuerza. ¿Y cómo se sienten? ¡Uff! ¡Brutales! Tiene un arranque bien potente y es porque típico de un carro eléctrico, tiene el 100% de su potencia desde el mismo arranque. O sea, que contrario a un motor de combustión interna, no hay que esperar a que el motor vaya subiendo revoluciones, para que alcance su potencial máximo en caballos de fuerza. Un carro eléctrico tiene disponible la totalidad de su potencia desde el mismo microsegundo en el que uno presiona el pedal de la gasolina... eh, perdón, del acelerador.
Eso sí, por su naturaleza eléctrica, el Emerg-e se siente bien extraño porque los sonidos son bien distintos a los de un carro con motor de combustión interna. A velocidades bajas es silencioso casi por completo y acelerándolo bien duro, pues suena bien diferente; es como un silbido agudo y a máximo volumen.
La pista en la que probé el Emerg-E, en una antigua base militar aérea, tiene una recta bien larga en la que pude acelerar bastante. A la recta le seguía un circuito marcado con conos en el que el Emerg-E mostró unos movimientos muy ágiles. Eso sí, fue bien retante manejar por curvas como esas desde el lado derecho del carro ya que a la usanza japonesa, Infiniti escogió instalar el guía en lo que para nosotros, es el lado del pasajero. Menos mal que el Emerg-E es automático, porque tirar cambios con la zurda sí que es bien confuso. Lo he hecho en algunos eventos de prensa internacional y uno se siente disléxico.
Hablando de transmisiones, la del Emerg-E es tipo push button por lo que no tiene palanca. En vez, tiene botones individuales para cada uno de los cambios: P, R, N y D. Suena muy moderno, pero esto ya exisitió. Tan temprano como para el 1913, dos automotrices americanas, la Haynes Automobile Company y la Norwalk Motor Car Company, ya las ofrecían. Sin embargo, típico de los centenares de automotrices que existieron durante la infancia del automóvil, tanto Haynes como Norwalk desaparecieron poco después.
Las transmisiones push button resurgieron mucho después, en 1956 cuando Chrysler las reintrodujo al mercado en sus marcas Chrysler, Dodge y las desaparecidas De Soto, Plymouth e Imperial. Casi de inmediato, otras automotrices americanas como Rambler y Ford (en sus divisiones Edsel y Mercury) las copiaron. Pero así como llegaron, todas desaparecieron. Por sí misma, la industria retornó a las transmisiones de palanca y la push button desapareció por medio siglo hasta que retornó ahora en el Lincoln MKZ.
Volviendo al tema del Infiniti Emerg-E, para lo único que utiliza gasolina, es para generar electricidad. Al estilo del Chevrolet Volt, tiene un motorcito de tres cilindros que alimenta un generador que produce carga eléctrica. Para eso nada más. L movilidad del auto es completamente por electricidad.
Pues fue tremenda experiencia guiar un prototipo como este. Fue algo así como experimentar el futuro del automóvil ahora. Cierto, los autos eléctricos ya están en la calle, pero ¿un superexótico deportivo con motores eléctricos en la parte trasera? Eso definitivamente es cosa del futuro.