En 1960 y 1961, la desaparecida división Plymouth de Chrysler tenía un modelo en su línea Fu ry al cual llamaba Sonoramic Golden Commando. ¿Se imagi nan la pesadilla por la que tenían que pasar los dueños de estos modelos cada vez que les preguntaban qué carro tenían? Después que se tardaran 10 minutos en contestar "un Plymouth Fury Sonoramic Golden Commando", seguramente les contestaban con un "¿un qué?" y entonces tendrían que volver a repetir todo el tra balenguas.

Bueno, pues resulta que además de las ri dículas chulerías que tenían lo carros de la época como guías de acrílico de forma cua drada, gigantescas aletas, monstruosas parri llas cromadas de tonelada y media con tor pedos y transmisiones push button entre otras, el Plymouth Fury Sonoramic Golden Com mando tenía otra más que muy bien podría ser catalogada como el abuelito del "CD changer". Éste consistía de una pequeña caja instalada debajo del dash y en el que se podían guardar 14 disquitos de 45 rpm. Para aquellos de ustedes que sean más jovencitos que crean que Me nudo es sólo lo que uno lleva en el bolsillo, un disco de 45 rpm era algo así como un CD, sólo que era negro, era un poco más grande, tenía un boquete bien grande en el medio y contenía tan sólo dos canciones, una de las cuales, por lo regular, no valía la pena (sí niños, dos can cioncitas na' más). O sea, que con este adi tamento, en adición al radiecito AM, los due ños del Plymouth Fury Sonoramic Golden Commando podían escuchar un total de 14 canciones buenas y de 14 no tan buenas. Y como sonaban los radios de ese entonces, tengan por seguro que el equipito tenía la misma calidad de sonido que una bocina de servicarro.

Sin embargo, la tecnología de este "record changer" (el nombre se lo puse yo) estaba bastante adelantada para su época, ya que aún con el carro en movimiento, la aguja no brincaba. ¡Ja! Se nota que nunca probaron un Plymouth Fury Sonoramic Golden Com mando en las carreteras de Puerto Rico.

 

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