Al pensar en la ciudad de Nueva York, las primeras imágenes que vienen a la mente son las de la Estatua de la Libertad, el Empire State Building, el Rockefeller Center, Central Park, Times Square, Grand Central, el Chrysler Building y por supuesto, los carritos de pretzels y hot dogs.

Otra imagen que también viene a la mente cuando se piensa en Nueva York es la de la ruda y anticuada apariencia de los extintos taxis de la marca Checker. Y es que aun cuando ya van varios largos años desde que el último de estos taxis dejó de transitar las atestadas calles neoyorquinas, el robusto carro continúa siendo un símbolo de la ciudad. Como prueba de esto, la próxima vez que vayan a Nueva York, tan sólo entren a cualquier tienda de souvenirs y encontrarán una infinidad de artículos con la imagen del taxi Checker.

Compañía pequeña
El Checker era fabricado por una diminuta automotriz americana del mismo nombre. Su historia se remonta a 1922 cuando fue fundada en Kalamazoo, Michigan. Desde sus mismos comienzos, la pequeña compañía se dedicó a la fabricación de taxis. La visión de su fundador, Morris Markin, fue la de producir un auto lo suficientemente fuerte como para resistir la pela diaria a la que son sometidos todos los taxis. Por tanto, la fortaleza y la durabilidad tenían que ser lo primordial. El diseño, según la mentalidad de Markin, no tenía prioridad.

Nuevo, pero se veía viejo
El modelo específico de Checker que todos conocemos surgió en 1956, razón por la que aun los últimos que estuvieron en servicio, tenían un diseño característico de esa década, aunque sin las enormes aletas traseras. Durante más de tres décadas, su apariencia permaneció virtualmente intacta. Por eso es que por más nuevo que pudiera ser un Checker, siempre se veía viejo. Pero no por eso, dejó de ser un favorito de los taxistas.
También entre el público en general, el Checker  ganó adeptos. Había una versión que no era taxi y se vendía como el Checker Superba y el Checker Marathon.
Acá en Puerto Rico, el Checker también ofreció sus servicios como taxi. Pero era más común verlo trabajando como pisicorre o carro público en los municipios fuera del área metro. ¡Diantre! ¿Quedarán todavía carros públicos Checker dando vueltas por ahí? ¿Se recuerdan también de aquellas larguísimas station wagons Checker con ocho puertas que usaban en el aeropuerto?

Motores comprados
Por ser una compañía pequeña, Checker no producía sus propios motores. Para ello, acudía a las grandes automotrices de la cercana Detroit. A partir de 1956, los Checkers tenían motores de seis cilindros en línea hechos por Continental cuando ésta aún era una división de Ford y antes de que fuera  integrada a Lincoln). Después, y hasta el fin de sus días, todos los Checkers tenían motores de Chevrolet. Éstos eran de seis cilindros en línea y V8.

Controló el mercado
Aunque pequeña, Checker logró prosperar en grande por mucho tiempo ya que prácticamente era la única compañía de autos en el mercado de taxis. Sin embargo, una vez las grandes automotrices comenzaron a vender flotas a las compañías de taxis, Checker no pudo hacerles frente. Su vejestorio de carro simplemente no podía competir contra los modelos más modernos y eficientes que ahora estaban disponibles para las compañías de taxis.

Recordado para siempre
Finalmente, Checker sucumbió en 1982, concluyendo así un interesante capítulo de la rica historia  automotriz americana. Y en plena década de los ochenta, cuando desapareció del mercado, el carro lucía idéntico al del 1956.
Sin embargo, la visión del fundador de crear  un carro sumamente resistente no sólo  se cumplió, sino que  permanece viva no sólo en los pocos Checkers que todavía continúan por ahí dando vueltas en distintos lugares del mundo, sino en los cientos de miles que por largos años sobrevivieron su tortuosa labor como taxis neoyorquinos. Sí, y vive también en los millones de souvenirs que venden por todo Nueva York.

aoneill@primerahora.com