Como le ha ocurrido a muchos puertorriqueños, Víctor Sánchez emigró hace algunos años a otro estado de los Estados Unidos por razones de trabajo. Eventualmente, dejó la compañía con la que trabajaba y se unió a la cadena de restaurantes de comida rápida Chick-fil-A, y desde el primer momento abogó por traerla a Puerto Rico, hasta que finalmente mañana, jueves, tendrá la oportunidad de ver esa aspiración convertida en realidad, cuando abra sus puertas al público el primer restaurante de la cadena en la Isla.

“Primero que nada, esto es un sueño hecho realidad. Ya llevo 23 años viviendo en Estados Unidos, en Atlanta particularmente. Me fui básicamente por oportunidades de trabajo allá. Me fui con la compañía que trabajaba anteriormente. Me fui de esa compañía y comencé a trabajar con Chick-fil-A. Llevo ya siete años en la empresa. Y desde el primer el día que llegué a la compañía yo dije, ‘Chick-fil-A va a hacer bien en Puerto Rico’, así que es una de las cosas que siempre empujaba y motivaba a la organización a que abriéramos en Puerto Rico”, comentó el gerente de operaciones para Puerto Rico de esa cadena de restaurantes.

En la foto, Víctor Sánchez, Gerente de Operaciones, junto a Ryan Holmes, Director de Operaciones, previo a la apertura de la tienda.
En la foto, Víctor Sánchez, Gerente de Operaciones, junto a Ryan Holmes, Director de Operaciones, previo a la apertura de la tienda. (VANESSA SERRA DIAZ)

“Realmente, es una emoción que hace un par de años decidimos empezar a integrarnos a la comunidad puertorriqueña y ya mañana pues será el primer día que podamos empezar a servirle a la comunidad local. Y no solo se me dio, sino que va a ser en mi pueblo natal, donde me crié”, agregó Sánchez, quien es natural del barrio de Hato Tejas, en Bayamón, municipio donde precisamente abrirá el primero de los Chick-fil-A, en el centro comercial Los Filtros, y donde también se espera abra el segundo, para el verano, en el centro comercial Plaza del Sol. Está en planes otro establecimiento en Humacao, que estaría listo para finales de año.

Sánchez asegura que la apertura va mucho más allá del restaurante con un menú ajustado al gusto local y que con una tradición de platos de pollo de calidad y estilo particular, porque se han asociado con productores de café, pan y leche locales, así como distribuidores de alimentos locales, para ayudar al avance de la economía de Puerto Rico. Para el futuro, aspiran a también comprar pollo de producción local.

“Una de las cosas principales que hacemos es que impactamos la cultura o la comunidad local y, por ejemplo, el café que vamos a estar sirviendo es cosechado y tostado aquí en Puerto Rico. Hicimos este ‘partnership’ (asociación) con Puerto Rico Coffee Roaster y eso es una manera de ayudar a la comunidad local y el país en general porque estamos ayudando a la economía”, aseguró. “Y esta mesa donde estamos sentados (la mesa principal del salón) representa el renacer de un puertorriqueño artista local, Eric Colón, que después de (el huracán) María empezó un negocio nuevo, y esta mesa significa ese renacer de él, y es otro ejemplo de cómo estamos ayudando a la comunidad local”.

Caitlin Chávez será la primera operadora aquí en Puerto Rico de Chick-fil-A.
Caitlin Chávez será la primera operadora aquí en Puerto Rico de Chick-fil-A. (Suministrada)

Agregó que, además de la oferta de pollo que los distingue, el restaurante, que es de los más grandes entre los más de 2,750 de la cadena, contará con “algunos productos que no se ofrecen en Estados Unidos, que están más enfocados al sabor y el paladar del puertorriqueño”.

Además, el restaurante tiene una terraza, con abanicos estratégicamente colocados en el techo, para aquellos que prefieran disfrutar en las afueras y no en el interior del edificio, como lo hacen clientes en otros restaurantes de la cadena “por ejemplo en el área de Orlando, donde los restaurantes tienen asientos afuera, que se hicieron a raíz de lo que el cliente, principalmente puertorriqueño pedía”.

Y para quienes prefieren la vía más rápida, sin siquiera entrar al local, el restaurante cuenta con dos carriles de servicarro.

Según se anunció, el restaurante Chick-fil-A en el centro comercial Los Filtros operará de lunes a sábado, de 6:30 a.m. a 9:00 p.m. No abren los domingos.

El restaurante aporta sobre 140 nuevos empleos a la economía, con “salarios muy competitivos y otros beneficios”. Y entre esos nuevos empleos se incluyen dos puertorriqueños, que laboraban en la empresa y vivían en otros estados, y al conocer de la apertura en Bayamón regresaron a la Isla, “y es algo que me llena de orgullo, porque queremos traer la mayor cantidad que podamos, y ya están viendo personas que están regresando porque Chick-fil-A abrió aquí”.

Sánchez insistió que la apertura “es una bendición tanto personal como profesionalmente. Mi trabajo es ayudar al dueño del restaurante a apoyarlo y a crecer su negocio. Yo serviré de enlace entre la corporación y la operadora o dueña del restaurante local. Pero también parte de mi función es apoyar y animar tanto a la dueña del restaurante como a los miembros del equipo. Realmente la magia de este negocio sale en la dueña del restaurante, y los miembros del equipo, porque ellos son los que ejecutan todos los procesos que pasan en el restaurante”.

Sánchez destacó que la dueña de este restaurante a punto de abrir, Caitlin Chávez, “empezó hace unos 15 años, trabajando como un miembro de equipo en una tienda en Tennessee, y a través de los años ella ha seguido progresando y subiendo hasta el día de hoy, que va a ser la primera operadora aquí en Puerto Rico”.

Y esa misma ruta, podría seguirla cualquiera de más de 140 empleados del restaurante, pues, de acuerdo con Sánchez, “esa es una de las finalidades de también trabajar aquí, que podamos obtener en el futuro, futuros operadores o dueños de restaurante”.

“Al igual que ella, muchos de los muchachos jóvenes que tengan aspiraciones de comprar o de tener su propio negocio, se puede dar aquí también”, afirmó. “Y eso es parte también de mi trabajo, como motivar a la dueña a seguir desarrollando talento local, para que eventualmente ellos puedan, ya sea aplicar directamente a ser dueños de restaurantes o, nosotros tenemos un programa de desarrollo de líderes, y ese programa de liderato desarrolla a los muchachos a otro nivel. Después que ya tengan el aspecto operacional y ese espíritu emprendedor, nosotros en este programa de liderato, lo pasamos por un tipo de adiestramiento donde ellos corren restaurantes de nosotros para seguir desarrollándolos y prepararlos para que sean competitivos para restaurantes en particular”.

En la empresa, además, “ofrecemos a muchos empleados que están estudiando, que necesitan becas, se le ofrece. No todos reciben beca, tienen que pasar un proceso de cualificación para las becas, pero reciben becas. Y la corporación, hay una beca grande que ellos ofrecen, que Puerto Rico va a caer también bajo esa sombrilla, para que los empleados de Chick-fil-A de aquí cualifiquen también para esa beca grande”.

Impacto a la comunidad local

Por otro lado, y no menos importante, es la colaboración de Chick-fil-A con organizaciones sin fines de lucro locales, como comedores sociales, refugios, bancos de alimentos y otras entidades benéficas.

Para celebrar la apertura del primer restaurante Chick-fil-A en Puerto Rico, la empresa anunció la donación de $200,000 al Banco de Alimentos de Puerto Rico, para apoyar a quienes están en mayor riesgo de inseguridad alimentaria y reforzar los esfuerzos de ayuda en caso de desastre.

En el restaurante, “también nos estamos asociando con organizaciones locales, a través del programa ‘Chick-fil-A Shared Table’, para donarles cualquier exceso de comidas”, y que no se desperdicien esos alimentos.

El programa Chick-fil-A Shared Table ayuda a los propietarios de restaurantes a combatir el hambre en sus comunidades locales. La iniciativa redirige los excesos de comida del restaurante a comedores sociales locales, refugios, bancos de alimentos y organizaciones benéficas necesitadas. Chick-fil-A Los Filtros hará su parte para reducir el desperdicio de alimentos en su cocina con un enfoque de “cocinar menos, más frecuente”, reduciendo o eliminando la cantidad de comida que se queda sin servir. Cuando haya exceso de comida, el restaurante lo donará a un socio de la comunidad local.

De acuerdo con los representantes de la cadena de restaurantes, desde el 2012, el programa Chick-fil-A Shared Table ha donado más de 12 millones de comidas a los necesitados en los Estados Unidos y Canadá.