Nueva York. Un juez federal eliminó un obstáculo importante para la adquisición de Sprint por $26.5 mil millones de T-Mobile, ya que rechazó las afirmaciones de un grupo de estados de que el acuerdo significaría menos competencia y mayores facturas telefónicas.

Después de que se cierre el acuerdo, el número de grandes compañías inalámbricas de Estados Unidos se reduciría de cuatro a tres. T-Mobile dice que el acuerdo beneficiaría a los consumidores, ya que se convierte en un competidor más feroz para Verizon y AT&T.

Un grupo de procuradores generales de estado intentó bloquear el acuerdo, argumentando que tener una empresa telefónica menos costaría a los estadounidenses miles de millones de dólares en facturas más altas de teléfonos celulares.

El juez Víctor Marrero dictaminó hoy que si bien esa preocupación era válida, la posibilidad de que ocurriera era remota.

La decisión de Marrero se produce después de que el Departamento de Justicia ya aprobó el acuerdo. Como parte de un acuerdo con Justicia, T-Mobile acordó ayudar a crear un competidor nuevo pero más pequeño en la compañía de televisión satelital Dish.

Otro juez aún necesita aprobar ese acuerdo, un proceso que generalmente es sencillo pero ha tomado más tiempo de lo esperado. Una junta de servicios públicos en California también tiene que aprobar el acuerdo.

T-Mobile lanzó su oferta por Sprint en el 2018, después de haber sido rechazada por reguladores bajo la administración de Barack Obama. El CEO de T-Mobile, John Legere, había visto la elección del presidente Donald Trump y sus reguladores designados como una buena oportunidad para intentar combinar nuevamente, según evidencia durante el juicio.