El cinturón puesto, los flotadores debajo del asiento y los teléfonos apagados o en “modo avión”. Acá están los tres grandes mensajes (de varios) que reciben los pasajeros antes de cualquier despegue. Pero resulta que la última instrucción está a punto de desaparecer, por lo menos en Europa. A fines de noviembre, la Comisión Europea informó que designará frecuencias específicas de la nueva telefonía 5G que permitirán la conectividad de los móviles en vuelo.

¿Pero por qué debemos respetar esta regla? ¿Acaso si no lo hacemos corremos peligro? ¿Basta un celular con los datos activados para afectar toda la navegación de un avión?

Analicemos primero el porqué de este pedido. Diversos estudios e investigaciones han demostrado que ciertos tipos de dispositivos electrónicos, al ser utilizados a bordo de aviones con ciertos tipos de sistemas electrónicos, pueden llegar a generar interferencias, especialmente en sistemas GPS, radares meteorológicos o radioaltímetros y otros de vital importancia para la seguridad del vuelo.

Algunos aparatos pueden emitir señales dentro de la misma banda de frecuencia que los sistemas de comunicación y navegación del avión, creando lo que se conoce como interferencias electromagnéticas .

Por ejemplo, cuando se hace una llamada con un móvil desde un avión, su señal rebota en varias antenas celulares, en vez de hacerlo en una sola. Las conmutaciones frecuentes entre antenas celulares crean una sobrecarga en la red que pueden afectar los sistemas de navegación.

La cuestión es que “depende mucho”, a juicio del consultor senior de seguridad de la información de Datasec, Hugo Köncke, de las características del dispositivo (como tipo y antigüedad) y de los sistemas a bordo del avión, puesto que en una misma nave suelen convivir algunos sumamente modernos y otros más antiguos (como instrumentos galvanométricos que usaban espiras de hilo de cobre esmaltado sobre núcleos de hierro o de aire) o “sumamente sensibles” a las señales emitidas por los equipos.

Algunos informes técnicos han determinado que si entre 50 y 100 dispositivos siguen operativos durante un vuelo se aumentaría el riesgo de interferir con las comunicaciones del avión.

“Por tanto, las líneas aéreas en general han optado por prohibir el uso a bordo de todos los aparatos electrónicos en la medida que son demasiadas las posibles situaciones a contemplar”, dijo Köncke.

No obstante, el profesional también explicó a El País que “nunca se ha podido ligar el uso de un dispositivo electrónico por parte de un pasajero con un accidente aéreo”.

Qué hace

El “modo avión” lo que hace es apagar todas las radios que tiene el teléfono. “La principal de estas es la que nos permite comunicarnos con las bases celulares; a través de ella hacemos las llamadas convencionales y utilizamos los servicios de datos móviles”, comentó el experto. También desconecta la que permite conectarse a una red inalámbrica y la tecnología Bluetooth que, aunque tenga un alcance más restringido, es otra forma de emisión de radiofrecuencia. “Todas estas y cualesquiera otras que pueda tener un teléfono celular son desactivadas al ponerlo en modo avión”, apuntó el experto en ciberseguridad.

Nueva normativa

Ahora la Comisión Europea ha anunciado que todos los pasajeros a bordo de vuelos entre países de la Unión Europea podrán tanto mantener sus dispositivos electrónicos encendidos como los datos móviles activados, para poder utilizar en ellos las redes 5G.

De ese modo, los pasajeros podrán acceder a una conectividad “al máximo de su capacidad y características, al igual que con una red móvil 5G en tierra”, tal y como ha adelantado a través de su página web.Según el comisario de Mercado interior, Thierry Breton, “el cielo ya no es un límite cuando se trata de las posibilidades que ofrece la conectividad súper rápida y de alta capacidad”.

Köncke añadió: “Hay sistemas utilizados en los aviones más modernos que son inmunes a cualquier interferencia provocada por la tecnología 5G en caso de que haya antenas cercanas. Sin embargo, no es así en todos los casos, y muchos de los altímetros utilizados en muchos de los aviones comerciales actualmente en uso en el mundo han demostrado sufrir fallas e interferencias como consecuencia de la cercanía de antenas de redes 5G”.