Bajo el candente sol de la mañana, Alex Ibarra De León recorre cerca de ocho cuerdas de terreno donde mantiene siembras de viandas y hortalizas, para recoger las cosechas que, por más de medio siglo, han dado mérito a la Finca Agrícola Don Carmelo, un negocio familiar conocido, además, por la llamada “batata santa”.

“Mi abuelo era el número uno en la venta de batatas. Su cosecha es para Semana Santa y la gente viene a buscarla mucho; le llaman la batata santa. Siempre llega gente de Corozal y de distintas partes de la isla buscando el producto”, mencionó Ibarra De León en referencia al fenecido fundador de la finca, don Carmelo De León, quien en 1973 comenzó a sembrar grandes cantidades de terreno para que la cosecha se diera para la época de Cuaresma. De ahí el nombre de “batata santa”.

Fue, precisamente, el vínculo con su abuelo el que sirvió de inspiración a Ibarra De León para adentrarse en el mundo agrícola. “Todo lo que hago y lo que sé es gracias a mi abuelo. Cada conocimiento que tengo es gracias a él. Desde chiquito yo estaba con él en la finca y aprendí”, indicó el joven quien desde el 2013 asumió las riendas de la icónica finca corozaleña.

Tras la muerte de su abuelo materno hace cerca de cinco años, Alex continuó con el legado de don Carmelo junto a su primo Rafael Rivera Nieves. “Él es mi mano derecha en esto porque el trabajo es bien sacrificado, pero hemos seguido más por continuar con lo que mi abuelo comenzó; él fue agricultor toda su vida y yo me crie aquí con él, trabajando la finca”, expresó.

Cada tres a seis meses, Ibarra De León y Rivera Nieves, recogen miles de libras de viandas que, con dedicación y esmero siembran, riegan y vigilan de los depredadores. La producción es distribuida entre los restaurantes y comercios de la zona de Corozal. “Toda siembra es a mano y en la tierra; aquí se siembran plátanos, calabazas, batatas y ajíes. Nuestro fuerte es, mayormente, los plátanos y las batatas que en octubre y noviembre se recoge una variedad que lleva aquí como 50 años”, explicó el hombre de 41 años.

De hecho, cada tres o cuatro meses, dependiendo de la siembra, pueden recoger hasta 25 sacos de cada producto. La hazaña es casi cíclica, ya que un mes pueden recoger batatas; el otro mes calabazas, ajíes o plátanos, dependiendo del tiempo de germinación de la semilla. “Ahora mismo tengo una plantación que está en crecimiento. La batata toma unos cinco a seis meses desde la siembra. La calabaza se cosecha a los tres o cuatro meses; el plátano depende del tiempo, si hay tiempo bueno, si nos llega agua entre 10 a 11 meses. Ahora empecé a sembrar ñame vamos a ver cómo nos va”, exclamó el hombre que ha integrado a la faena a sus dos hijas Alenys y Andrea.

Incursiona en la venta y cría de ganado

Pero, en su deseo de continuar con honra la gesta agrícola de su abuelo, este joven emprendedor no se limita en su esfuerzo por continuar el desarrollo de la granja, ubicada en el barrio Cibuco, sector Los Puertos. Por eso, desde hace dos años decidió incursionar en la cría y venta de ganado. “Estoy entrando en el trabajo de la crianza del ganado para carnes, porque hay que reinventarse en este campo agrícola. Estoy trabajando el ganado Senepol (una raza formada en la isla de St. Croix)”, dijo el dedicado agricultor.

Esta raza de ganado tiende a ser más tolerante a las altas temperaturas y se caracteriza por, “dar buena carne y con la situación en la que estamos que no consigues a nadie para trabajar la agricultura hay que ir reinventándose para poder mantener la finca limpia porque si no, se convierte en un monte. Además, tuve que buscar otra fuente para poder seguir adelante y echar adelante a mi familia”, dijo el agricultor que cuenta con 16 cabezas de ganado y una yunta de bueyes en los terrenos de la finca y que comenzó con la compra de un padrote “de buena calidad”.

Una vez las redes ganan el peso adecuado ya estarán en condiciones óptimas para la venta directamente a los mataderos y, “ellos se encargarán del proceso. Yo crio el animal hasta su momento de matanza. De igual forma que hay intermediarios para los plátanos, viandas así mismo es para el ganado, hay gente que se dedica a comprar y revender”, dijo el hombre que está próximo a realizar su primera venta de la cría de ganado en la Finca Don Carmelo.

El joven agricultor no descarta evolucionar en otras áreas agrícolas como las siembras hidropónicas para maximizar los ofrecimientos del lugar. “En algún momento me gustaría, porque tenemos que innovar y buscar la manera de trabajar más y un poco más cómodo”, destacó.

Para información y pedidos, acceda Facebook: Finca Agrícola Don Carmelo Inc.