¿Eres de los que tiene una tarjeta de crédito para cada tienda, cada una con la cuenta por las nubes? En un escenario como este, la consolidación de deudas surge como una estrategia para ahorrar y reorganizar las finanzas del hogar.

Según el coach certificado en finanzas personales José Medina, presidente de Finanzas al Máximo, consolidar deudas permite agrupar varias deudas con altas tasas de interés en un solo pago mensual con un interés fijo más bajo.

Entre sus ventajas está que permite “reducir costos de financiamiento y tiempo, nos permite tener un pago cómodo para cumplir y permite reorganizarnos financieramente para tener seguridad y tranquilidad económica”.

A continuación, respondemos varias preguntas acerca de la consolidación de deudas.

1.¿Qué deudas pueden consolidarse?

Entre las deudas que se recomienda consolidar están las cuentas de tarjetas de crédito ya que con estas, si el consumidor solo realiza el pago mínimo cada mes, puede tardar más de 10 años en saldarlas, indicó Medina. Los préstamos de consumo no garantizados (que no tienen como respaldo del pago a un bien tangible) también se pueden consolidar.

2. ¿Cómo se lleva a cabo la consolidación?

“Existen tres vehículos para hacerlo: mediante un préstamo personal de un banco o cooperativa, un préstamo con garantía hipotecaria o refinanciar la casa para consolidar deudas”, apuntó Medina. Indicó que los expertos se inclinan a recomendar más los préstamos personales, ya que con las otras dos opciones, si el consumidor no cumple con los pagos, se expone a perder su residencia principal. Además, los préstamos personales se pueden saldar entre 5 y 7 años, mientras que con las tarjetas de crédito las cuentas “no tienen fin mientras se sigan usando”. Recomendó recurrir a bancos o cooperativas para estos préstamos personales, pues ofrecen intereses más bajos que las financieras y distribuyen los pagos mensuales más equitativamente entre el principal y el interés. “En las financieras, en los primeros dos años la mayor parte de los pagos va primero al interés y luego aportan una porción al principal, lo que hace que el costo de financiamiento sea mayor”, explicó. Una vez se origina el préstamo por el valor de las deudas y se utiliza el dinero para saldar las tarjetas de crédito, se empieza a pagar ese empréstito.

3. ¿Qué otras opciones hay?

En caso de que el consumidor no cuente con el crédito lo suficientemente bueno como para que se le apruebe un préstamo personal en un banco o cooperativa, tienen la opción de asumir un riesgo mayor y solicitar un préstamo con garantía hipotecaria o refinanciar su hogar. La desventaja en este caso, aparte del riesgo de perder la vivienda, es que tardaría de 20 a 30 años en saldar.

Otra opción con la que cuentan los consumidores son planes de pago administrados por instituciones que se dedican al negocio de consultoría y planes de consolidación de deudas, informó Elizabeth Adorno Serrano, gerente del Departamento Educativo de Alma Financial Assistance Corp. PR. En estos casos, dijo que las deudas se incorporan en el plan de pagos y la institución “negocia con sus acreedores, como agente del deudor, beneficios tales como ajustes a las tasas de interés, ajustes al monto del pago mensual y reestructuración de las deudas”. “El deudor se compromete a realizar el pago mensual negociado por Alma dentro del programa, de manera regular y disciplinada. Si no ocurre esto, los acreedores pueden descodificar las cuentas y retirar los beneficios otorgados al deudor a través del programa de Alma Financial”, agregó Adorno Serrano.

4. ¿Qué hacer después de una consolidación?

Una vez se origina el préstamo y se utiliza el dinero para saldar las tarjetas de crédito, Medina recomienda mantenerse con una –para atender cualquier imprevisto que surja- y cancelar las restantes para eliminar la tentación de volver a endeudarse. “Podemos enviar una carta a donde estamos pagando las tarjetas de crédito notificando la cancelación de la tarjeta, porque si me quedo con ella en la mano la voy a utilizar y caer en el mismo escenario”. De hecho, resaltó que se estima que de cada diez que consolidan sus deudas, seis vuelven a tener las deudas que habían cancelado en un periodo de tres años, más el préstamo que utilizaron para la consolidación. “Si no cambian sus hábitos de consumo, es como poner un parcho artificia a la situación”, aseguró. Usar poco las tarjetas de crédito y saldarlas en cuanto llega la factura es una alternativa, aunque la mejor es desarrollar el hábito del ahorro, de acuerdo con Medina.

5. ¿Se afecta el crédito?

Medina descartó que la cancelación de las tarjetas de crédito afecte adversamente la puntuación crediticia de la persona. “Cuando se cancela la tarjeta, en el informe de crédito se queda reflejado el crédito máximo que se me otorgó y se adjudican puntos por la forma en que la pagué y por el crédito que aún tengo disponible”, adujo. Además, pagar sin retrasos el préstamo que se hizo para consolidar puede ayudar a mejorar esa puntuación.