Aunque entiende que es necesario imponer medidas para controlar el peor repunte de COVID-19 que se registra en la Isla, el presidente de la Asociación de Restaurantes (Asore), José Vázquez, señaló que la industria sufrirá nuevamente un impacto con la reducción de la capacidad de ocupación a un 30%.

Esta reducción en la ocupación de los comercios fue la medida más trascendental que tomó ayer, jueves, el gobernador Pedro Pierluisi para intentar disminuir la curva de contagios y hospitalizaciones.

En primera instancia, el líder de los restaurantes en la Isla afirmó en declaraciones escritas que “entendemos que la nueva orden es necesaria para atacar el aumento en casos de COVID que hemos visto recientemente”.

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“Tal y como hemos hecho desde la primera orden ejecutiva el año pasado, el sector de los restaurantes cumplirá cabalmente con todas las disposiciones de la enmienda. En Asore redoblaremos esfuerzos para exhortarles a la industria de restaurantes el cumplimiento de la nueva orden, además de continuar con estrictas medidas de higiene y seguridad salubrista en sus establecimientos”, añadió.

Vázquez destacó que los restaurantes han tomado medidas estrictas, impuestas tanto por las autoridades locales y federales, incluyendo el Departamento de Salud y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).

Asimismo, expuso que han invertido en material de higienización y adoptado medidas para atender a los comensales, como servicios de entregas y pedidos mediante aplicación, entre otras.

“Recalcamos nuestro llamado a todas las personas y comercios a actuar responsablemente y así salir de esta situación cuanto antes. El éxito de la normalización está en manos de todos. En Asore, reiteramos nuestra disponibilidad para colaborar en este proceso, aportando nuestra pericia. Queremos y podemos ser parte de la solución”, indicó.

Previo a la orden ejecutiva, el líder de Asore había solicitado al gobierno, en entrevista con Primera Hora, que les diera tiempo a que se vieran los efectos de la orden ejecutiva que entró en vigor el pasado viernes y que redujo el horario de operación a las 9:00 p.m.

“Hubo un cambio bastante significativo, porque nos bajó dos horas. A los restaurantes se le hace difícil cerrar (a esa hora)”, expuso.

También solicitó que los convoquen a reuniones en las que se deliberan las medidas impuestas mediante orden ejecutiva, ya que les ocasiona un “impacto sustancial y grave”.

El comerciante explicó que estas reducciones en operación llevan a que no se les haga “costo eficiente” mantener operaciones, sobre todo cuando llevan un año de constantes cambios en el modo de operar.