Nueva York. Mucho antes del surgimiento de la pandemia del coronavirus, las tiendas físicas ya pasaban problemas para atraer compradores, que recurren cada vez más a Internet.

Ahora, esas mismas tiendas se enfrentan a una tarea mucho más desafiante: como permanecer en la cabeza de las personas — y más importante, en sus bolsillos — ahora que muchos de sus establecimientos se encuentran cerrados.

Más de 250,000 tiendas como Macy’s, Nordstrom y Nike, que venden mercancía no esencial, se encuentran cerradas temporalmente desde mediados de marzo en respuesta a la pandemia. Eso representa el 60% del total, en metros cuadrados, de las tiendas departamentales de Estados Unidos, según Neil Saunders, director de GlobalData Retail.

“Las tiendas al menudeo tienen colgado un letrero de ‘cerrado’ en la puerta, literal y metafóricamente hablando”, dijo Saunders. “Esta es la crisis más catastrófica que han enfrentado, peor que la crisis financiera de 2008, peor que la del 11 de septiembre de 2001. Prácticamente de la noche a la mañana, la economía de las ventas al por menor pasó de ser sobre las cosas que quiere la gente a las cosas que necesita”.

Algunos comercios han respondido al desafío con formas creativas para seguir siendo relevantes. Nike, por ejemplo, presentó apps de entrenamientos en China cuando el coronavirus surgió por primera vez en ese país, lo que resultó en un incremento de 80% en sus usuarios en el primer trimestre y un aumento del 30% en sus ventas por Internet. Ahora promueve una campaña similar en Estados Unidos y Europa.

El fabricante de pantalones de yoga Lululemon organiza clases en línea en Norteamérica y Europa después de obtener miles de nuevos seguidores en China a través de WeChat. El director general de Lululemon, Calvin McDonald, dijo en una llamada reciente con analistas que, durante la primera semana de cierres en Estados Unidos, casi 170,000 consumidores se inscribieron a las clases en vivo de la compañía.

Los pequeños comercios también están realizando cambios para conservar a sus clientes. Camp, una nueva cadena de juguetes que se destacó de otros vendedores por internet al enfocarse en la experiencia física, está organizando fiestas virtuales de cumpleaños y creando cajas de regalo personalizadas ahora que sus cinco establecimientos se encuentran cerrados. Politics & Prose, una popular librería de Washington D.C., también se vio obligada a cerrar temporalmente sus puertas, pero ahora comenzó a transmitir charlas de autores por internet y a ofrecer un servicio de transporte.

“Muchas librerías son un paraíso de consuelo y tranquilidad en momentos difíciles”, dijo Bradley Graham, copropietario del negocio. “Pero una pandemia no es como otras crisis. En una crisis de salud como esta, la idea de reunir a las personas se vuelve un anatema”.

Incluso las tiendas de descuento y mayoreo como Walmart y Costco, que permanecen abiertas para la venta de productos esenciales, han tenido que cambiar sus ofertas para enfocarse en artículos para el hogar e ignorar otros productos.