Washington.- Sonia Sotomayor fue admitida en el Palacio de Mármol. Ahora tiene que ver cómo se maneja realmente la Corte Suprema.

¿Cuándo corresponde hablar? ¿Cómo encuentra cada sitio en un edificio que está siendo renovado? Si alguien llama a la puerta cuando los jueces realizan una reunión privada en la sala de conferencias, ¿quién responde? (Aquí un dato para los jueces más nuevos: responde usted).

Luego de servir 17 años como juez en un juzgado federal, Sotomayor conoce bien los tribunales. Pero su nuevo sitio de trabajo, lleno de costumbres y rituales, no es un edificio viejo cualquiera. Y, como todo empleado nuevo, la juez puertorriqueña tratará de encajar bien de entrada.

"Uno no quiere romper platos cuando se incorpora", comentó Christopher Landau, quien fue asistente del juez Clarence Thomas tras su tumultuosa confirmación en 1991.

Sotomayor, de 55 años, será la primera hispana y la tercera mujer que sirve en la corte. Y será también la más nueva.

Ello implica que, además de abrir la puerta de la sala de conferencias, deberá tomar notas de lo que hablan los jueces en las sesiones privadas, incluida la de fines de septiembre en la que se analizan unas 2,000 apelaciones, y luego transmitir la información al secretario del juzgado.

No hay que ser un genio, pero es una función vital.

"Deberá tomar nota de lo que sucede en la sala de conferencias al mismo tiempo que trata de entender cómo funciona eso", manifestó Margo Schlanger, profesora de derecho de la Universidad de Michigan que trabajó para la juez de la corte suprema Ruth Bader Ginsburg en 1993-94.

Sotomayor será además la última en votar cuando los jueces se pronuncien en torno a un caso. Ginsburg comentó alguna vez que sentía "una cierta impaciencia, un deseo de ser breve cuando me tocaba votar y ya había una mayoría clara".

"Pero votar última puede resultar importante, cuando las opiniones están divididas y el voto de una inclina la balanza", acotó.

La renovación del edificio obligará a Sotomayor a ocupar una oficina temporal hasta que concluyan las obras, a fines del año que viene. El juez Samuel Alito declaró en una ocasión que a menudo se perdió en el edificio en los primeros meses debido a las obras. "No sabía dónde estaba nada, cómo llegar a un lugar ni cómo salir de él", confesó.

Sotomayor tendrá varios asistentes, incluidos un par de secretarios, un mensajero y cuatro asesores. Es probable que ya los haya elegido a todos.

Algunos jueces contratan al menos a un asesor con experiencia en la Corte Suprema, porque los "ayuda a adaptarse más rápidamente", según escribió Thomas en su libro "El hijo de mi abuelo" (My Grandfather’s Son).

Deanne Maynard, del estudio de abogados Morrison and Foerster y quien trabajó para el juez Stephen Breyer, dijo que un colaborador con experiencia le puede explicar a uno las costumbres del lugar. "Si tu quieres apoyar una opinión, pero con leves modificaciones, ¿cuál es el procedimiento a seguir?", señaló.

Un juez nuevo a menudo trata de acercarse a los demás. Thomas dijo que se reunió con sus ocho colegas y también con el juez al que reemplazó, Thurgood Marshall.

A veces surgen amistades entre personas de distintas tendencias ideológicas, como sucedió con Ginsburg y Scalia. Casi nunca están de acuerdo, pero pasan el Año Nuevo juntos con sus familias. La amistad entre ambos nació cuando eran jueces de un tribunal de apelación en Washington.

Sotomayor probablemente busque asesoría inicialmente de Ginsburg, la única otra mujer del tribunal, e incluso de Alito, quien es conservador. Igual que Sotomayor, Alito fue fiscal y juez de tribunales de apelación. Y, como la juez boricua, se graduó de Princeton y de Yale.

Sotomayor será una de las juezs más jóvenes. El único menor que ella es el presidente de la Corte Suprema John Roberts. Nativa del Bronx, será la tercera neoyorquina del tribunal: Ginsburg es de Brooklyn y Scalia de Queens.

La juez, quien vivió toda su vida en Nueva York, deberá mudarse a Washington.

No tendrá mucho tiempo para descansar tras el agotador proceso de confirmación. Si bien el nuevo período comienza recién el 5 de octubre, se han programado sesiones el 9 de septiembre en torno a un caso importante de financiación de campañas electorales.

La preparación para ese caso "le permitirá meterse de a poco" en sus nuevas funciones, sin tener que "prepararse para dos semanas intensas de argumentos", señaló Landay, quien es ahora socio en el estudio Kirkland and Ellis de Washington.

Su primer caso le hará pensar en el impacto que tienen las decisiones de la Corte Suprema, afirmó Meir Feder, del estudio Jones Day de Nueva York y quien colaboró con David Souter, el juez a quien reemplaza Sotomayor. Souter se jubiló.