Nueva York. - Un activista chino ciego a quien se le permitió salir del país arribó el sábado a Estados Unidos.

Chen Guangcheng, su esposa y sus dos hijos arribaron por la noche al aeropuerto internacional Liberty de Newark, y de allí lo llevaron rápidamente a Nueva York, donde residirá.

Vestido con camisa blanca y pantalones caqui, y sosteniéndose con muletas con la pierna derecha escayolada, Chen fue recibido con vítores cuando llegó al apartamento en el barrio Greenwich Village de Manhattan donde residirá con su familia.

En el complejo se alojan profesores y estudiantes de posgrado de la Universidad de Nueva York, donde Chen espera estudiar derecho.

"Durante los últimos siete años no he tenido un día de descanso", dijo por intermedio de un traductor. "Así que he venido aquí para reparar mi cuerpo y espíritu".

Chen exhortó a los presentes a luchar contra la injusticia.

Agradeció a los gobiernos de Estados Unidos y China, así como a las embajadas de Suiza, Canadá y Francia.

"Después de mucha turbulencia, he salido de Shandong", la provincia china donde estuvo bajo arresto domiciliario. Habló brevemente y no respondió a preguntas de la prensa.

Horas antes lo habían sacado del hospital en que se encontraba para volar a Estados Unidos, tras un mes de gestiones diplomáticas que pusieron a prueba las relaciones entre Washington y Beijing.

Después de siete años de prisión y arresto domiciliario, Chen huyó de su aldea en abril y recibió asilo en la embajada estadounidense en Beijing. Las autoridades llegaron a un acuerdo que en ese momento lo dejó en libertad, pero Chen cambió de opinión. Eso obligó a nuevas negociaciones, las que finalmente condujeron a un acuerdo que le permitió viajar a Estados Unidos a estudiar derecho en la Universidad de Nueva York.

A primeras horas del sábado, Chen habló con The Associated Press por teléfono desde el aeropuerto de Beijing.

"Me acuden a la mente miles de pensamientos", dijo Chen, que agradeció a sus partidarios la ayuda prestada y a quienes indicó que espera volver.

"He solicitado un permiso temporal de ausencia, y espero que lo entiendan", agregó.

Chen y su familia fueron llevados en un microbús hasta el avión y el activista fue visto en una silla de ruedas en la pista y luego en el elevador que le permitió entrar en el aparato.

La partida de Chen y su familia a Estados Unidos es la conclusión de casi un mes de tensiones y años de malos tratos atribuidos a las autoridades locales hacia el activista autodidacta, que el mes pasado se escapó del arresto domiciliario al que estaba confinado en su aldea.

Sus partidarios aplaudieron su partida.

"Creo que es un gran avance. Nos alegramos de ello", dijo el activista Bob Fu, afincado en Estados Unidos. "Es una victoria para los luchadores por la libertad".

Chen se refugió en la embajada estadounidense de Beijing, lo que ocasionó un enfrentamiento diplomático días antes de la reunión cimera entre ambos países con la presencia de la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton. Tras días de negociaciones, ambas partes anunciaron un acuerdo por el cual el activista y su familia podría viajar a Estados Unidos para estudiar.

La partida de Chen, su esposa y dos hijos fue preparada enteramente por los funcionarios chinos y estadounidenses sin consultar, al parecer, al activista.

Chen dijo haber sido informado poco antes del mediodía de su inminente partida, Las autoridades no le entregaron, ni tampoco a su familia, pasaportes ni les dieron detalles del viaje sino hasta llegar al aeropuerto.