Washington. El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó el martes a dos hackers chinos de robar secretos comerciales de empresas de todo el mundo por valor de cientos de millones de dólares y más recientemente de atacar a empresas que desarrollan una vacuna contra el coronavirus.

La acusación, que las autoridades esperaban detallar en una conferencia de prensa, sostiene que los piratas informáticos habían detectado en los últimos meses vulnerabilidades en las redes informáticas de empresas conocidas por su trabajo en el desarrollo de vacunas y tratamientos.

La imputación contra los hackers incluye cargos de robo de secretos comerciales y conspiración de fraude electrónico. Según los fiscales federales, robaron información no sólo para ellos mismos, sino también sabiendo que sería de interés para el gobierno chino.

Se cree que es la primera vez que hackers extranjeros son acusados de atacar centros de innovación científica relacionada con el coronavirus, aunque las agencias de inteligencia de Estados Unidos y otros países de Occidente han advertido desde hace meses sobre esos intentos. La semana pasada, por ejemplo, las autoridades de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido acusaron a un grupo de piratas informáticos vinculados con la inteligencia rusa de tratar de robar información de las investigaciones sobre la enfermedad.

“China ahora ha tomado un sitio, junto con Rusia, Irán y Corea del Norte, en ese vergonzoso club de naciones que proporciona refugio seguro a los ciberdelincuentes a cambio de que tales delincuentes estén ‘dispuestos’ a trabajar en beneficio del Estado, en este caso para alimentar el hambre insaciable del Partido Comunista chino por la propiedad intelectual ganada con esfuerzo por las compañías estadounidenses y otras que no son chinas, incluida la investigación sobre el COVID-19”, dijo en un comunicado el fiscal adjunto John Demers, el principal funcionario del Departamento de Justicia para la seguridad nacional.

No hubo indicios inmediatos de que los hackers obtuvieron efectivamente alguna información válida sobre los tratamientos contra el COVID-19, a pesar de los esfuerzos para espiar a las empresas que los desarrollan, pero según los fiscales, los acusados revisaron en enero la red informática de una empresa de biotecnología de Massachusetts conocida por investigar una posible vacuna. También buscaron vulnerabilidades en la red de una empresa de Maryland menos de una semana después de que la firma dijera que estaba realizando un trabajo científico similar.

El caso fue presentado a principios de mes en un tribunal federal en el estado de Washington y fue revelado el martes.

The Associated Press envió un correo electrónico a la embajada de China en Washington, D.C., solicitando comentarios sobre los cargos, pero la sede no respondió de momento.