Miami. Un vídeo en el que se ve cómo agentes policiales detienen y esposan a un niño de ocho años en una escuela de Florida causó rechazo e indignación y además va a dar pie a una demanda judicial contra el Departamento de Policía correspondiente.

El vídeo fue tomado hace dos años por la cámara adosada al uniforme de uno de los policías, pero se ha conocido ahora gracias a un conocido abogado floridano de derechos civiles, Ben Crump, ligado al movimiento “Black Lifes Matters”.

Crump, que colgó el vídeo en las redes sociales, convocó para hoy una rueda de presa virtual junto a otro abogado, Devon M. Jacob, y la madre del niño, Bianca N. Digennaro, en la que anunciarán la presentación de una demanda contra la Policía de Cayo Hueso.

El niño, que está en un programa educativo para menores con “necesidades especiales”, fue llevado a la comisaria y acusado de un delito después de su detención en la escuela.

En la grabación se ve como los agentes asustan al niño antes de ponerle las esposas diciéndole si sabe que va a ir a la cárcel por lo que ha hecho, presuntamente golpear a una profesora que le recriminó que no se sentara bien a la hora del almuerzo y le obligó con las manos a moverse.

La Policía de Cayo Hueso (sur de Florida), donde ocurrió el hecho, dijo en una breve declaración al canal NBC6 de Miami que, de acuerdo con el informe del incidente, los agentes no hicieron nada que se saliera del protocolo de detención.

El abogado Crump consideró que es difícil de creer que suceda algo así y acusó a los policías de usar tácticas para amedrentar al niño, al que le hicieron apoyar las palmas de las manos y la parte frontal de la cabeza sobre un armario metálico antes de ponerle las esposas.

“Mide 3.5 pies (un metro) y pesa 64 libras (29 kilos), pero ellos (la policía) piensan que es apropiado esposarlo y llevarlo a una prisión de adultos para abrirle un proceso!!! Era tan pequeño que la esposas se le caían de las muñecas”, escribió Crump en Twitter.

El abogado publicó también un comunicado antes de la rueda de prensa en el que afirma que éste es un ejemplo que "parte el corazón" de cómo "nuestro sistema educativo y policial enseña a los niños a ser delincuentes tratándolos como delincuentes".

El abogado no se olvida de la escuela en la que el niño estudiaba, a la que acusa de no haber cumplido con las condiciones del plan especial del alumno y de ponerle a las ordenes de una profesora sustituta que “no sabía o no le preocupaban” sus necesidades y que hizo que la situación se agravara “usando sus manos para obligarlo a moverse” y llamando a la policía.