El senador demócrata Bob Menéndez dejó claro hoy que no renunciará a su cargo en el Senado federal, tras ser acusado por segunda ocasión en su carrera política de corrupción, aunque reconoce “la gravedad” de la que será “mi mayor batalla hasta hoy en día”.

“Por ahora seguiré centrado en hacer el trabajo que hago todos los días, incluido hacer todo lo posible para evitar que cierre el Gobierno” (por bloqueo de fondos), dijo el senador, electo por Nueva Jersey, en una abarrotada conferencia de prensa en la que aseguró que será “exonerado” de los cargos.

A quienes han pedido que renuncie a su cargo alegando que he perdido la confianza de los votantes de Nueva Jersey, el veterano político (69 años) les aseguró que “no podrían estar más equivocados”.

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La fiscalía federal para el distrito sur de Nueva York acusó al senador Menéndez, de origen cubano, y a su esposa Nadine Arslanian de haber aceptado miles de dólares en sobornos a cambio de usar su influencia política para “proteger y enriquecer a empresarios y beneficiar al Gobierno de Egipto”, lo que ha negado el político.

También han sido acusados en este caso Wael Hana, José Uribe y Fred Daibes, escritos por la Fiscalía como socios y empresarios.

Menéndez quis desvincular los fondos presuntamente recibidos de Egipto de sus posturas políticas, y dijo que en sus 30 años como congresista o senador “siempre he trabajado para responsabilizar a esos países, incluido Egipto, por los abusos de los derechos humanos y la represión de la ciudadanía.

Los sobornos, según la Fiscalía, que presuntamente recibió la familia Menéndez desde al menos 2018 hasta 2022 fueron: dinero en efectivo, oro, pagos de una hipoteca, un trabajo en el que se exigía una presencia casi nula para Nadine y un vehículo Mercedes-Benz.

Menéndez, que busca la reelección en 2024 y que no contestó preguntas, aseguró que la acusación son “solo acusaciones” y que cuando se presenten todos los hechos en un eventual juicio, “no sólo seré exonerado sino que seguiré siendo senador federal por Nueva Jersey”.

Tras la acusación, Menéndez renunció a la presidencia del poderoso Comité de Relaciones Exteriores y hoy dejó claro que continuará en el cargo al que llegó en 2006 a la Cámara Alta, tras haber sido miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

La Fiscalía aseguró que en un registro en la residencia del senador hallaron “aproximadamente 500,000 dólares en efectivo, “metidos en sobres y armarios” y que “parte del dinero estaba metido en los bolsillos de una chaqueta”.

Menéndez aseguró que ese dinero procede de su cuenta personal, de los ingresos que ha generado “legalmente” y que mantiene efectivo en su hogar “para emergencias” y debido “a la historia de mi familia” que ha sufrido confiscaciones en Cuba.

El senador hizo hincapié en que estaba rodeado de constituyentes porque reconocen el trabajo que ha hecho, y acto seguido enumeró una larga lista de proyectos que ha apoyado como acceso a cobertura médica o la reducción del coste de medicamentos.

“Están aquí porque a lo largo de mi carrera, y puede que a algunos no les gusten las posiciones que he adoptado, me he opuesto a los regímenes autoritarios de Irán y su deseo de lograr armas nucleares para Cuba, al autoritarismo en Turquía, Venezuela, Rusia y en todos los países del mundo donde los derechos humanos y la democracia se han visto amenazados”, afirmó, y continuó enumerando posiciones que ha adoptado son respecto a temas candentes.

Esta es la segunda acusación de corrupción que enfrenta Menéndez en diez años .