KISSIMMEE, Florida. El estado de Florida ya lleva par de días ‘patas arriba’ en anticipo al paso del huracán Dorian, y los boricuas no se han quedado atrás. Pero sobre todas las cosas, esperan que no tengan que revivir la experiencia sufrida hace dos años en Puerto Rico con María.

“Allá lo pasamos bien mal con María y no quisiera volver a pasar por eso”, dijo el cagüeño Omar Torres, quien ahora vive en el área de St. Cloud luego de mudarse a Florida tras sufrir aquel devastador fenómeno atmosférico en septiembre del 2017 y sus efectos por varios meses después.

“Acá lo que le tengo miedo es a los tornados. Espero que no se me vaya el techo”, agregó.

Dorian, que a principios de esta semana evadió al archipiélago borincano en medio de un súbito cambio de ruta, ahora parece encaminado hacia Florida con una potencial llegada a principios de la próxima semana como huracán categoría 4, aunque ya ha comenzado a darse una posible desviación leve en su trayectoria hacia el norte por la costa este de Estados Unidos.

Sería el peor ciclón en azotar el estado en alrededor de tres décadas y las autoridades han comenzado a tomar rápidas y visibles previsiones como limpiar las vías públicas, distribuir sacos de arena, suspender las clases -al menos hasta el martes- y de cancelar las labores en oficinas del Gobierno.

Incluso, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ya declaró ‘estado de emergencia’ y se ha ordenado la evacuación mandatoria en algunas zonas costeras, efectiva en la mañana del domingo. Mientras, desde temprano el jueves, ya habían comenzado a escasear en muchos lugares la gasolina, alimentos enlatados, agua, hielo, paneles de madera y otros artículos de primera necesidad para enfrentar la anticipada emergencia.

“Si viene categoría 4, para eso nadie se prepara (por completo), pero a base de la experiencia que hemos tenido en Puerto Rico, tratamos de aplicarla acá y con más tiempo”, subrayó Torres, electricista de profesión.

Por su parte, Lisandra Román, dueña de la Lechonera El Jibarito, abundó que “la gente está en la calle. Las filas para buscar bolsas de arena están súper ‘full’… se ve mucho movimiento en la calle”.

A su juicio, nadie parece querer dejar los preparativos para el último momento.

“Está todo el mundo preparándose y más aquí (en Kissimmee). Obviamente, hay muchos puertorriqueños que pasaron por lo de María. Todo el mundo está bien atento y con cautela, pero no con histeria. Uno solo puede llegar hasta lo más que pueda… y alguien tiene que mantenerse cuerdo”, añadió entre risas la conocida comerciante y líder comunitaria.

Don Ángel Jiménez, quien llegó a la zona de Lake Buena Vista hace un año procedente de San Sebastián, fue a buscar arena a Kissimmee y confesó que le falta completar unos mínimos detalles finales de preparación, al tiempo que enfrenta la amenaza aferrado a su fe cristiana como pastor religioso.

“Nos sentimos bastante preparados y como creyentes tenemos la fe de que el Señor responde y se encarga de cuidar de sus hijos. Uno no quisiera que pasara esto, pero si llega a pasar aquí algo como lo que pasamos en Puerto Rico, sería una catástrofe”, declaró Jiménez. “Siempre debemos estar agarrados de la mano del Señor y le pedimos a Dios que no suceda nada. Y si llega pues que se haga la voluntad del Señor”, concluyó.