La campaña de reelección del presidente Donald Trump seduce a los votantes religiosos al representar a los demócratas como una amenaza para la libertad religiosa, un argumento amplificado por las disputas relacionadas con el tema durante la pandemia del coronavirus.

Durante un evento de la semana pasada en las afueras de Atlanta organizado por el sector evangélico de la campaña, los representantes cristianos elogiaron los antecedentes del presidente por promover las prioridades conservadoras mientras retrataban a los demócratas como cautivos de una agenda antirreligiosa. Dos oradores señalaron las restricciones de cantar en la iglesia impuestas por el gobernador demócrata de California para ayudar a contener la propagación del virus, normas que provocaron demandas de algunos pastores.

La asesora religiosa de la Casa Blanca, Paula White-Cain, pidió a los cristianos que confíen en el presidente a pesar de lo que diga “una prensa muy engañosa”. White-Cain, una presencia constante en el círculo de asesores religiosos de Trump, afirmó que el aspirante demócrata a la presidencia Joe Biden, que es católico, ayudaba a los liberales a oprimir la fe del pueblo.

Biden es “un caballo de Troya para una agenda izquierdista muy radical que está tras él y quiere derribar nuestras iglesias”, dijo White-Cain, con frecuencia descrita como la pastora personal de Trump, durante un evento que vinculó la religión con el amor al país con el título “Alabanza, Oración y Patriotismo”.

La presentación de White-Cain de la semana pasada fue su tercera en cuatro días a nombre de Trump, después de una reunión virtual con partidarios evangélicos y una visita para distribuir comida con la hija y asesora del presidente Ivanka Trump como parte de un programa de apoyo por la pandemia del gobierno. La pastora se presentó en un momento en que la campaña de dirige a los feligreses con un crudo mensaje: Apoya al presidente o pierde terreno en la libertad religiosa.

Rirchard Lee, pastor fundador de la iglesia Primer Redentor de Atlanta, le dijo a los asistentes en el evento de Trump que los gobernadores y alcaldes “dan ordenes a las iglesias… para ver qué harás en caso de que (Biden) llegue al puesto y puedan perseguirte”.

La campaña de Biden ha creado su propia conexión religiosa que se ha considerado más sólida que la de la candidata presidencial demócrata de 2016, Hillary Clinton. Incluso, espera que sus antecedentes personales de fe le ayuden a persuadir a algunos votantes conservadores cristianos que abandonen a Trump.

Sin embargo, White-Cain acusó al exvicepresidente de inclinarse hacia la izquierda en cuanto al aborto, un tema que bien puede afectar a Biden entre algunos votantes religiosos.