Los habitantes de Arizona y Nevada no enfrentarán prohibiciones para regar sus jardines o lavar sus coches a pesar de los nuevos recortes al suministro de agua procedente del río Colorado.

Sin embargo, las autoridades federales anunciaron el martes que el año entrante esos estados tendrán menos líquido disponible de ese río, que abastece a 40 millones de personas en el oeste del país y a México, así como a un sector agrícola cuya producción alcanza un valor de miles de millones de dólares. Los observadores advierten sobre un próximo ajuste para la zona porque se prevé que la crisis del agua obligue a aplicar más cortes en el futuro.

A continuación un vistazo a esta crucial fuente de agua para el oeste de Estados Unidos y a los recortes en el suministro.

¿Por qué esta amenazado el Río Colorado?

Existen dos ríos Colorado en Estados Unidos: el poderoso río de 2.334 kilómetros (1.450 millas) en el oeste del país y otro de poco más de 1.287 kilómetros (más de 800 millas) que comienza y termina en Texas.

El río que enfrenta los recortes es el de mayor longitud. Este surte agua a siete estados y a México, pero su caudal ha disminuido drásticamente al paso de los años debido a su explotación excesiva para uso agrícola y al crecimiento de la población, el incremento en las temperaturas, la evaporación y menor derretimiento de nieve durante la primavera para reabastecerse.

Y durante años, los siete estados que reciben el agua del río han consumido más de la que la Naturaleza le reabastece.

¿A quiénes abastece el lago Mead y el lago Powell?

El lago Mead suministra agua a millones de personas en Arizona, California, Nevada y México.

Los recortes al abastecimiento en 2023 se activarán cuando los niveles de agua pronosticados desciendan por debajo de cierto umbral: 320 metros (1.050 pies) sobre el nivel del mar.

Se impondrán reducciones adicionales si los niveles pronosticados bajan a 319 y 312 metros (1.045 y 1.025 pies) sobre el nivel del mar. En un momento dado, los niveles podrían descender tanto que el agua ya no podría bombearse desde el embalse.

A la larga, algunos usuarios del agua en ciudades y sectores industriales resultarán afectados.

El nivel en el lago Powell también está bajando y se han adoptado medidas extraordinarias para conservar el agua en el embalse, ubicado en la frontera entre Arizona y Utah.

Colorado, Nuevo México, Utah y Wyoming reciben agua de afluentes y otras presas que abastecen al lago Powell. En los últimos años se ha utilizado agua de tres embalses en esos estados para mantener el nivel del lago Powell y preservar el funcionamiento de la red eléctrica que recibe energía generada en la presa del Cañón Glen.

¿Cuáles son los recortes al suministro y por qué?

El gobierno federal comenzó a reducir el abasto en algunos estados este año para mantener los niveles de agua en el río y sus embalses principales. Los nuevos recortes serán adicionales a los actuales, que prácticamente dejaron sin agua del río Colorado a algunos agricultores en el centro de Arizona y, en mucho menor medida, disminuyeron los volúmenes correspondientes a Nevada y México.

El lago Mead y el lago Powell —los dos mayores embalses del río Colorado— tienen una cuarta parte de su cantidad ordinaria de agua, lo que amenaza el suministro del líquido y la generación hidroeléctrica que abastece a millones de personas.

En el perímetro de los embalses, las marcas de “anillos de bañera” formadas por minerales impregnados en la roca indican dónde se ubicó alguna vez el nivel del agua, poniendo de relieve las dificultades que enfrenta la región occidental a medida que una “megasequía” agudiza sus efectos.

¿Cómo se distribuye el agua del río?

Colorado, Wyoming, Utah y Nuevo México comparten el río Colorado en la llamada cuenca superior del río. Arizona, Nevada y California conforman la cuenca inferior.

Desde su nacimiento en Colorado, el río y sus afluentes finalmente fluyen hacia el sur de la frontera, hasta México, que también aprovecha su parte. El agua del río solía fluir a través de una pequeña parte de México y desembocaba en el Golfo de California, pero esto ya casi no sucede debido a que gran parte es utilizada por granjas y ciudades. Entre los que dependen del agua figuran casi 30 comunidades indígenas estadounidenses que tienen reconocimiento federal.

En el suroeste, el agua almacenada en el lago Mead y el lago Powell —el par de embalses artificiales más grandes de Estados Unidos— es repartida mediante convenios legales entre los siete estados de la cuenca del río Colorado, el gobierno federal, México y las comunidades indígenas. Los acuerdos determinan la cantidad que recibe cada parte, cuándo se activan los recortes y el orden en que las partes deben sacrificar parte de su suministro.

De acuerdo con un plan de contingencia de 2019 para hacer frente a la sequía, Arizona, Nevada, California y México acordaron ceder partes de su líquido para conservar el nivel del agua en el lago Mead. Los recortes de este año forman parte de ese plan, por lo que las autoridades estatales sabían que se presentarían.

¿Qué partes serán afectadas por los recortes?

Arizona, Nevada y México.

Arizona fue el más afectado nuevamente, y el año próximo recibirá 79% del volumen que le correspondería. Pero esa cantidad es apenas 3% menor a la que recibió este año después de que las autoridades federales le redujeran el suministro.

El año próximo Nevada recibirá alrededor de 92% de su total. La mayoría de los habitantes no sentirán los recortes gracias a la conservación y reutilización del líquido y a que el estado no utilizará todo su volumen asignado.

California está libre de las medidas porque tiene más derechos prioritarios sobre el agua que Arizona y Nevada. Esto significa que no tiene que ser el primero en ceder su agua, según la jerarquía que guía la ley de aguas en el oeste de Estados Unidos.

México recibirá alrededor de 93% de su suministro total. El agua es utilizada en ciudades y comunidades agrícolas del noroeste del país, que también atraviesa una severa sequía.

¿Quienes perderán agua?

Los agricultores del centro de Arizona —entre los mayores productores de ganado, productos lácteos, alfalfa, trigo y cebada del estado— perdieron la mayor parte de su asignación del río Colorado este año luego de que el gobierno puso en marcha su primer recorte. Algunos agricultores fueron compensados con agua mediante acuerdos con ciudades como Phoenix y Tucson.

Más agricultores probablemente necesitarán dejar improductivas sus tierras —algunos de ellos han recibido subvenciones de agencias y de otras fuentes para que así lo hagan— y aumentar su dependencia del agua del subsuelo. Otros se verán obligados a cultivar cosechas que consuman menos agua como trigo duro y guayule, y encontrar otras maneras para economizar el uso del líquido.

En previsión a los recortes, los proveedores de agua en el occidente del país han diversificado y conservado sus recursos hídricos. Pero el agotamiento de los embalses a un ritmo mayor al pronosticado por los científicos —y los recortes resultantes— debido al agravamiento de la sequía dificultarán aún más a las granjas y ciudades planificar hacia el futuro.

“La mayoría de la gente tampoco está preparada para el tipo de decisiones difíciles que necesitamos tomar”, dijo Mark Squillace, profesor de derecho ambiental de la Universidad de Colorado. “Y ese es el tipo de situación que estamos enfrentando en el río Colorado”.

Phoenix perderá algo de agua que de otra forma almacenaría en cuencas subterráneas como reserva hídrica, dijo Cynthia Campbell, asesora en administración de recursos hidráulicos de la ciudad. Eso también sucedió este año. La ciudad dependerá más del agua procedente de los ríos Salt y Verde de Arizona.

Campbell dijo que los habitantes y empresarios de Phoenix no se verán afectados. La ciudad, que en la década de 1950 era una comunidad aletargada en el desierto, es ahora la quinta más grande de la nación.

Nevada también enfrentará recortes, pero los residentes no sufrirán fuertes disminuciones en el suministro. El estado no utiliza toda su asignación de agua del río Colorado y recupera, trata y devuelve al lago Mead la mayor parte del líquido utilizado en interiores por negocios y casas en la poblada parte sur.