Algunos conservadores en Estados Unidos están criticando las políticas que permiten a los médicos considerar la raza como un factor de riesgo al asignar los escasos tratamientos de COVID-19, diciendo que los protocolos discriminan a los blancos.

La ola de contagios provocada por la variante ómicron y la escasez de tratamientos han centrado la atención en dichas políticas.

Los expertos médicos dicen que oponerse podría ser engañoso. Las autoridades de salud han dicho durante mucho tiempo que hay un caso sólido para considerar la raza como uno de los muchos factores de riesgo en las decisiones de tratamiento. Y no hay evidencia de que la raza por sí sola se esté usando para decidir quién recibe la medicina.

El tema salió a la luz la semana pasada después de que el presentador de Fox News, Tucker Carlson, el expresidente Donald Trump y el senador republicano Marco Rubio criticaran las políticas. En los últimos días, bufetes de abogados conservadores han presionado a un sistema de atención médica con sede en Missouri, Minnesota y Utah para que abandonen sus protocolos y demandaron al estado de Nueva York por pautas de asignación o sistemas de puntuación que incluyen la raza como factor de riesgo.

JP Leider, de la División de Políticas y Gestión de la Salud de la Universidad de Minnesota que ayudó a desarrollar los criterios de asignación de ese estado, señaló que la priorización ha estado ocurriendo durante algún tiempo porque no hay suficientes tratamientos para todos.

“Tenemos evidencia extremadamente concluyente de que (las minorías) en Estados Unidos están teniendo peores resultados de COVID en comparación con los blancos... A veces es aceptable considerar cosas como la raza y el origen étnico al tomar decisiones sobre cuándo se asignan los recursos a nivel social”.

Desde que comenzó la pandemia, los sistemas de atención médica y los estados han buscado la mejor manera de distribuir los tratamientos.

Evidencia considerable sugiere que el coronavirus afecta a ciertos grupos raciales y étnicos más que a los blancos. Las investigaciones muestran que las personas de color corren un mayor riesgo de enfermarse gravemente, tienen más probabilidades de ser hospitalizadas y mueren de COVID-19 a edades más tempranas.

Los datos también muestran que las minorías se han quedado sin tratamientos. La semana pasada, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades publicaron un análisis de 41 sistemas de atención médica que encontró que los pacientes negros, asiáticos e hispanos tienen menos probabilidades que los blancos de recibir tratamiento ambulatorio con anticuerpos.