Washington. El optimismo para concretar una nueva asistencia por el COVID-19 está aumentando en el Capitolio después de que algunos legisladores manifestaran apoyo a un plan bipartidista que está tomando forma en el Senado y los principales líderes del Congreso dialogaran sobre el tema por primera vez en meses.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell -frecuentes rivales pero comprobados negociadores-, conversaron el jueves por teléfono, un día después de que la primera dejara entrever su disposición a hacer concesiones importantes en la búsqueda de un plan de rescate del rango de un billón de dólares para paliar las consecuencias económicas del coronavirus.

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El portavoz de Pelosi anunció la conversación telefónica, y en un tuit informó “del compromiso compartido de ambos para completar un proyecto de ley sobre múltiples aspectos y una asistencia por el COVID lo más pronto posible”.

“Tuvimos una buena conversación. Creo que ambos estamos interesados en conseguir un resultado, tanto en la iniciativa múltiple como en un paquete para el coronavirus”, señaló McConnell.

En un momento en que los casos de coronavirus van en aumento y la cifra diaria de fallecimientos está igualando récords previos, es innegable que está aumentando el impulso para aprobar finalmente una segunda iniciativa importante de asistencia, en especial después de que el presidente electo Joe Biden y los líderes demócratas en el Congreso respaldaran un plan bipartidista de 908 millones de dólares para llegar a un acuerdo.

Algunos conservadores, incluidos republicanos provenientes de estados con elevadas infecciones de COVID-19 como Dakota del Norte y Iowa, dijeron estar de acuerdo con un paquete de asistencia por casi un billón de dólares. El senador republicano Kevin Cramer dijo que el plan bipartidista es “una solución negociada equilibrada y es una cifra viable”.

El republicano Lindsey Graham agregó: “Hay un paquete bipartidista por 908,000 millones de dólares que ayudará en verdad a la gente”.

Sin embargo, el camino hacia adelante está lleno de obstáculos, incluido un periodo de tiempo muy estrecho y resentimientos derivados de meses de conversaciones fútiles y de unas elecciones de desenlace complicado. Sin embargo, el costo de 908,000 millones de dólares es lo que muchos republicanos, incluido McConnell, dejaron entrever que estaban dispuestos a aceptar este verano boreal.

McConnell, cuya influencia en las negociaciones aumentó después de los comicios, mantiene su postura radical, y el jueves insistió en un discurso desde el pleno que cualquier plan de asistencia se limite a puntos de consenso como otra ronda de “protección a nóminas” para negocios, recursos para la distribución de vacunas y ayuda a las escuelas.

“¿Por qué estos salvavidas de impacto y en los que no hay controversia deberían ser demorados un segundo más?”, preguntó McConnell. “Por fin, hagamos lo que el Congreso hace cuando queremos un resultado. Hagamos leyes sobre todos los temas en los que estamos de acuerdo”.

Después, McConnell se reunió con los republicanos que están trabajando en el plan bipartidista, entre ellos Susan Collins, Lisa Murkowski y Mitt Romney. Al otro lado del Capitolio, un grupo bipartidista aliado ofreció una conferencia de prensa al aire libre en la que dijo que hay un impulso creciente para avanzar.