Un grupo de alrededor de 20 agentes armados del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) irrumpió en la vivienda de una familia estadounidense con ciudadanía en la mitad de la noche y confiscó sus pertenencias cuando ejecutaba una orden de allanamiento emitida contra otra persona.

En mano la orden de allanamiento con los nombres de los anteriores propietarios de la vivienda, los agentes de ICE se mostraron inclementes con su voluntad e hicieron caso omiso a los sollozos de la familia, cuyos miembros quedaron “traumatizados”, según contó la madre a KFOR, una cadena de noticias local afiliada a la NBC.

Relacionadas

La confusión de la sorpresiva irrupción se mezcló con la oscuridad de la noche cuando los agentes armados ingresaron al hogar. “Somos ciudadanos. Eso es lo que siempre decía. Somos ciudadanos. Fueron muy despectivos, muy bruscos, muy descuidados“, detalló la madre de la familia.

De acuerdo a su relato, el primer pensamiento que invadió su mente al escuchar ruidos en la puerta de su casa fue que se trataba de ladrones que iban a secuestrar a sus hijas.

Una vez que estuvieron de frente con la familia, los hombres que entraron al hogar se identificaron como agentes federales del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y el ICE.

Sin embargo, Brady McCarron, subdirector de asuntos públicos del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, sostuvo que “el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos no estuvo involucrado en el incidente“.

La versión que dio el DHS sobre el allanamiento de ICE

En diálogo con NBC, un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) reconoció que el ICE llevó a cabo "una orden de allanamiento autorizada por el tribunal para una investigación de tráfico de personas a gran escala" que apunta a un grupo de ocho ciudadanos guatemaltecos acusados en un caso federal en el Distrito Norte de Oklahoma.

Las órdenes de registro del caso incluían la dirección del hogar al que recientemente se mudaron los ciudadanos estadounidenses. A pesar de que nadie de la familia era objeto de la orden, los agentes confiscaron sus pertenencias, llevándose sus teléfonos, computadoras portátiles y todos sus ahorros como “prueba”.

“Querían que me cambiara delante de todos, entre todos. Fue tan denigrante. Que le hagan todo esto a una familia, a mujeres, a sus conciudadanos. ¿Y fue un poco duro? Literalmente nos traumatizaron a mí y a mis hijas para siempre. Tendremos que buscar ayuda o superar esto de alguna manera“, declaró la madre sobre su traumática experiencia con ICE.