NUEVA YORK. El juicio contra el senador Bob Menéndez tendrá una pausa de una semana el martes después de que los miembros del jurado de la corte federal, se quedaron atrapados en un ascensor. El percance ocurrió un día después de que se vieron obligados a abandonar su sala de reuniones habitual debido a una inundación.

El juez Sidney H. Stein dijo que los miembros del jurado se quedaron atrapados en un ascensor durante varios minutos durante lo que se suponía que iba a ser un descanso de 10 minutos a última hora de la tarde que duró casi media hora.

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La avería del ascensor se produjo cuando los miembros del jurado eran trasladados de un piso a otro, a una sala de reuniones porque la sala de reuniones habitual, situada justo fuera de la sala de vistas, estaba inundada el lunes después de que alguien dejara abiertas las llaves de los lavamanos durante el fin de semana. Cuando los miembros del jurado se marcharon, Stein les advirtió con humor: “No se metan todos en el mismo ascensor”.

El percance se produjo en un día en el que los fiscales intentaron poco a poco construir su caso contra el demócrata, con pruebas que esperaban sumar puntos ante los jurados contra Menéndez y sus dos coacusados, dos empresarios de Nueva Jersey que, según el gobierno, le pagaron sobornos consistentes en lingotes de oro, cientos de miles de dólares en efectivo y un auto.

Los abogados de Menéndez, de 70 años y residente en Englewood Cliffs (Nueva Jersey), y de los empresarios afirman que sus clientes no son culpables y que el Gobierno trata de convertir en delitos las interacciones habituales entre un político y sus electores.

Entre los testigos del martes se encontraba un hombre que trabajó para el Departamento de Estado durante los años en los que, según los fiscales, Menéndez utilizó su poderoso cargo como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado para hacer favores a Egipto y así poder mantener el flujo de sobornos.

Joshua Paul, que ahora trabaja como consultor para una organización sin ánimo de lucro, testificó que el comité y su presidente tienen poderes extraordinarios sobre el Departamento de Estado porque controla su liderazgo, dicta cómo funciona y confirma a los embajadores en todo el mundo.

Tras su detención el pasado otoño, Menéndez se vio obligado a renunciar al cargo, aunque se ha resistido a las peticiones de que abandone el Senado.

Los fiscales afirman que Menéndez hizo cosas en beneficio de funcionarios egipcios para poder recibir sobornos a cambio de allanar el camino para que un coacusado se asegurara un lucrativo monopolio para certificar que la carne exportada a Egipto desde mataderos estadounidenses, cumplía los requisitos dietéticos islámicos.

Además de soborno, extorsión, fraude y obstrucción a la justicia, Menéndez también está acusado de actuar como agente extranjero de Egipto.