Atlanta. La directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus iniciales en inglés) aseguró el miércoles que casi todas las personas contagiadas con la variante Ómicron del coronavirus en el país sufrieron apenas un cuadro leve de la enfermedad del COVID-19.

La doctora Rochelle Walensky añadió que más del 75% de esas 40 personas estaban vacunadas.

En una entrevista con The Associated Press, Walensky dijo que los datos son muy limitados y que la agencia trabaja en un análisis más detallado de lo que a Estados Unidos le espera con la nueva mutación del virus.

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Lo que sabemos en términos generales es que mientras más mutaciones tiene una variante, la gente requiere de un mayor nivel de inmunidad. Queremos asegurarnos de reforzar la inmunidad de todos y eso fue realmente lo que motivó la decisión de expandir nuestra recomendación”, dijo Walensky en alusión a la reciente aprobación de dosis de refuerzo para todos los adultos.

Walensky recalcó que “la enfermedad es leve” en casi todos los casos vistos hasta ahora de la Ómicron en Estados Unidos y que los síntomas reportados son, en su mayoría, tos, congestión y fatiga. Una persona fue hospitalizada, pero no se han reportado decesos, precisaron las autoridades de los CDC.

Algunos casos pueden volverse más graves a medida que pasan los días y Walensky destacó que los datos ofrecen apenas un vistazo muy prematuro de las infecciones por Ómicron en Estados Unidos. Los primeros síntomas reportados entre los cerca de 40 pacientes, fue el 15 de noviembre, de acuerdo con los CDC.

La variante Ómicron se identificó en por primera vez en Sudáfrica el mes pasado y desde entonces se ha reportado su presencia en 57 países, según la Organización Mundial de la Salud.

El primer caso en Estados Unidos se reportó el 1 de diciembre. Hasta la tarde del miércoles, los CDC tenían registro de 43 infecciones en 19 estados, la mayoría entre adultos jóvenes. Una tercera parte de estos enfermos habían realizado viajes internacionales.

Más de tres cuartas partes de ellos estaban vacunados y una tercera parte ya habían recibido refuerzos, añadió Walensky. Los refuerzos tardan unas dos semanas en hacer efecto por completo y algunos de los pacientes habían recibido su dosis más reciente en ese periodo, afirmaron los funcionarios de los CDC.

Menos del 1% de los enfermos de COVID-19 en Estados Unidos a los que se les hizo el proceso de secuenciación genética la semana pasada fueron de la variante Ómicron. La variante Delta representó más del 99% de ellos.

Los científicos intentan entender mejor qué tan fácilmente se propaga. Las autoridades británicas comentaron el miércoles que creen que la variante Ómicron podría convertirse en la versión dominante del coronavirus en Reino Unido, incluso en cuestión de un mes.

Los CDC aún no han hecho proyecciones sobre cómo podría influir la nueva variante en la pandemia en Estados Unidos. Walensky dijo que las autoridades están recopilando datos, pero que muchos factores podrían influir en la evolución de la pandemia.

“Cuando veo lo que nos depara el futuro, mucha parte de ello es definitivamente sobre la ciencia, pero también sobre unirnos como comunidad para hacer cosas a fin de evitar enfermarse y enfermar a los demás. Pienso mucho en que lo que nos depara el futuro depende de cómo podemos unirnos para lograrlo”, dijo.

Los CDC también intentan establecer si la variante Ómicron causa un cuadro más leve —o más grave— que otras mutaciones del coronavirus. El hallazgo de que hasta ahora casi todas las infecciones fueron leves podría ser un reflejo del hecho de que la primera detección de casos por Ómicron en Estados Unidos fue, principalmente, entre personas vacunadas, de las cuales se anticipa que desarrollen una enfermedad menos grave, afirmaron los funcionarios de los CDC.

Otra cuestión clave es si la nueva variante evade mejor a las vacunas o la inmunidad que desarrolla la gente tras haberse infectado de COVID-19.

Esta semana, científicos en Sudáfrica reportaron un pequeño estudio de laboratorio que descubrió que los anticuerpos que crean las vacunas no eran tan eficaces para prevenir las infecciones por Ómicron como lo fueron para detener a otras mutaciones del coronavirus.

El miércoles, la empresa farmacéutica Pfizer informó que si bien dos dosis de su vacuna contra el COVID-19 podrían no brindar suficiente protección para evitar una infección por Ómicron, las pruebas de laboratorio mostraron que un refuerzo de la vacuna aumentó 25 veces los niveles de anticuerpos para combatir al virus.

Las muestras de sangre tomadas un mes después de recibir el refuerzo revelaron que los niveles de anticuerpos capaces de neutralizar a la variante Ómicron que desarrollaron las personas eran similares a los que ya han demostrado brindar protección a variantes previas luego de dos dosis de una vacuna, afirmó la compañía.