Nueva York. El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se declaró este martes no culpable de los 34 cargos en relación con los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels durante la campaña presidencial de 2016, para que no hiciera público una relación sexual entre ambos.

Trump, que se ha convertido en el primer presidente estadounidense en afrontar cargos penales, se presentó ante el juez del tribunal neoyorquino de Manhattan Juan Manuel Merchan poco después de haberse entregado a la Fiscalía, donde le leyeron sus derechos y fue fichado, antes de abandonar los juzgados y regresar a su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.

Los 34 cargos consisten en distintos tipos de “falsificación de registros mercantiles” y todos ellos son considerados “violaciones del artículo 175.10 del Código Penal” y se definen como “intento de defraudar y de cometer otro delito” y de esconderlo. Once de ellos están relacionados con facturas emitidas por el entonces abogado de Trump, Michael Cohen, que se declaró culpable de pagar en 2016 a la actriz porno Stormy Daniels para que esta no hiciera pública un encuentro sexual que mantuvo con Trump y quien será uno de los testigos principales del caso.

Los abogados del expresidente criticaron las imputaciones y lo han calificado de repetitivos, mientras que volvieron a insistir en que el proceso contra el empresario es “totalmente político”.

“No hay nada (en la acusación). No se alega ningún delito federal, ni que se haya cometido (delito) contra ninguna ley estatal. No alega cuál es la declaración falsificada. Es realmente decepcionante, es triste y vamos a luchar contra él”, dijo su abogado Todd Blanche tras concluir la vista en la que Trump se declaró no culpable de todos los cargos.

Blanche insistió a los periodistas en las puertas del tribunal neoyorquino de Manhattan que no esperaba que algo así pudiera pasar en Estados Unidos.

“Nadie espera que esto le ocurra a alguien que fue presidente de Estados Unidos”, apuntó el abogado de Trump, que insistió en que no ha encontrado “ninguna sorpresa” en el pliego de las acusaciones.

El expresidente entró en la sala del juzgado en torno a las 2:30 p.m., hora local, con un claro gesto de disgusto y sin llevar esposas.

Vestido con un traje azul claro y corbata roja, Trump estuvo precedido de su equipo de abogados, con Joe Tacopina a la cabeza, y seguido por dos agentes de policía. Inmediatamente después conoció los cargos de la imputación, que lleva como dosier el número 71543-23, según The New York Times, que añade que no quiso responder a las preguntas de un periodista presente en la sala.

Al regresar a su residencia de Mar-a-Lago, ha prometido hacer una declaración pública esta noche.

Poco antes de llegar a la sede de la fiscalía, Trump tuvo tiempo de escribir en su red Truth Social que la situación le parecía “surrealista”: “Wow, van a arrestarme. No puedo creer que esto esté pasando en Estados Unidos”, escribió desde el vehículo que lo trasladaba allí.

Pasó aproximadamente una hora en la sala mientras que le leían los cargos, en presencia de algunos fotógrafos y periodistas a los que no quiso responder a las preguntas que le hicieron.

Al salir, subió en un vehículo oscuro de los servicios secretos y se encaminó hacia el aeropuerto de La Guardia, desde donde tiene previsto volar hacia Florida, para protagonizar una vez allí una rueda de prensa en la que ofrecerá sus primeras palabras tras su comparecencia.

Pero antes que eso, el fiscal Alvin Bragg también tiene previsto ofrecer una rueda de prensa en la que dará detalles del caso.

El canal CBNC aseguró que el juez Merchán afeó la conducta de Trump en las redes sociales, y concretamente un “meme” en el que aparecía con un bate de béisbol a punto de golpear la cabeza del fiscal Bragg, un “meme” que el juez se “toma muy en serio”, le dijo.

Junto a la gran sede del Tribunal Supremo de Manhattan había desde la mañana una enorme expectación que se tradujo en la presencia de cientos, si no miles, de periodistas de medios de este país y de todo el mundo.

Sin embargo, dos concentraciones pro y antiTrump convocadas esta misma mañana apenas lograron atraer a un centenar de personas, mucho menos de lo que se esperaba.

Los hechos centrales por los que ha sido imputado sucedieron en 2016, cuando a través de un intermediario Trump pagó supuestamente $130,000 a la actriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio sobre una relación sexual que tuvo con ella 10 años atrás.