Muchos medicamentos utilizados para sedar e inmovilizar a las personas que están siendo colocadas en respiradores artificiales y para tratar su dolor son los mismos que usan varios estados de Estados Unidos para ejecutar a los reclusos condenados a pena de muerte. La demanda de estos medicamentos aumentó un 73% en marzo.

Un grupo de profesionales médicos del país está pidiendo a esos estados que les suministren los medicamentos que utilizan tanto para inyecciones letales como para ayudar a pacientes con coronavirus que están en respiradores, pero un médico que está detrás de la solicitud y un experto en pena de muerte dicen que el secreto que rodea las ejecuciones podría obstaculizar esos esfuerzos, porque no saben qué drogas tienen los estados.

La carta firmada por siete farmacéuticos, expertos en salud pública y médicos de unidades de cuidados intensivos fue enviada este mes a los departamentos correccionales estatales pidiendo que entreguen a los centros de salud las reservas de fármacos que podrían tener.

“Su inventario podría salvar la vida de cientos de personas; aunque esto puede ser una pequeña fracción del total de muertes anticipadas, es una norma ética central que la medicina valora cada vida”, según la carta.

Sin embargo, no está claro qué medicamentos pueden tener los estados, ya que han tendido a divulgar información sobre protocolos de ejecución y suministros de medicamentos sólo a través de solicitudes de transparencia o demandas judiciales. Sólo un estado, Wyoming, respondió directamente a la carta e indicó que no tiene los medicamentos en cuestión.

Veinticinco estados tienen la pena de muerte en Estados Unidos, mientras que tres tienen moratorias sobre la pena capital.

Mientras algunos estados contactados por The Associated Press, incluidos Alabama y Florida, no respondieron a las preguntas sobre la carta, otros, incluidos Arkansas, Texas y Utah, se limitaron a responder principalmente que no tienen los medicamentos en cuestión. Tennessee no confirmó si tiene las sustancias e indicó que no tiene planes de administrar medicamentos a hospitales. Oklahoma dijo que no había recibido ninguna solicitud de tales medicamentos de los hospitales estatales.

Los estados pueden dudar en entregar sus medicamentos porque han tenido problemas para conseguirlos, pues muchas compañías farmacéuticas se oponen a su utilización en ejecuciones, dijo Robert Dunham, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

Hasta el martes, el número de casos confirmados de COVID-19 en Estados Unidos era de más de 788,000, con al menos 42,400 muertos, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.