La historia de Rafael Aguirre, un migrante mexicano de 83 años, es uno de los relatos recientes que refleja el valor de la perseverancia. Originario de Chihuahua, México, Aguirre cruzó la frontera con Estados Unidos con un objetivo claro: completar una carrera universitaria. Tras varios años de esfuerzo, logró graduarse en Amarillo College, Texas, en la carrera de calefacción y aire acondicionado.

Rafael Aguirre decidió inscribirse en Amarillo College, ubicado en la ciudad de Amarillo, para cumplir su meta educativa. La experiencia no estuvo exenta de dificultades. Además de enfrentar jornadas laborales que alcanzaban hasta 10 horas diarias, tuvo que superar la barrera del idioma, ya que cursó todas sus materias en inglés, un segundo idioma para él.

“A mí me costó el doble o el triple porque, aparte de la edad, estaba estudiando en un segundo idioma todas las clases. No ha sido fácil para mí estudiar y trabajar las ocho o 10 horas todos los días. Pero, yo ya tenía mis metas claras y objetivos definidos”, explicó Aguirre en entrevista con Uninoticias.

Un logro celebrado en la comunidad

El día de su graduación se convirtió en un evento emotivo que trascendió las paredes del campus universitario. Fotografías de Aguirre con toga y birrete circularon en redes sociales, generando una ola de apoyo y admiración. La comunidad lo reconoció como el “abuelito graduado”, símbolo de constancia y determinación.

“Para mí, la mayoría de los que vinimos (a Estados Unidos) es a sobresalir, trabajar y hacer algo diferente. Y a mí siempre me ha gustado dar lo mejor de mí. Nunca es tarde para aprender”, comentó Aguirre, reflejando así la aspiración de muchos migrantes que cruzan la frontera en busca de nuevas oportunidades.

Reconocimiento institucional

La universidad también expresó su felicitación por este logro, resaltando la perseverancia del estudiante. A través de su cuenta oficial de Facebook, Amarillo College dedicó un mensaje de admiración para Rafael Aguirre.

“De todo corazón, felicitamos a nuestro buen amigo Rafael Aguirre, quien a la tierna edad de 83 años se graduó de Amarillo College, dando un claro ejemplo que la perseverancia y el deseo de superación, no tiene ninguna relación con la edad. Muchas veces nos quejamos y renegamos que ‘no tenemos tiempo’ o que estamos ‘muy cansados’, pero aquí tenemos el mejor ejemplo de que ‘querer es poder’. Que sigan los éxitos”, señaló la institución.

El vínculo entre Rafael Aguirre y Amarillo College no es reciente. Hace más de tres décadas, Aguirre fue pionero en la instalación de antenas satelitales en la facultad, contribuyendo con su trabajo a la institución mucho antes de regresar para formalizar su educación superior.

Un ejemplo para todas las generaciones

A pesar de haber alcanzado la meta de obtener certificaciones como Asistente de HVAC y Técnico de HVAC, Rafael Aguirre manifestó su intención de continuar con su formación académica. Durante la entrevista con Uninoticias, manifestó que su próximo gran sueño es estudiar Fotografía, una pasión que mantiene viva.

“Don Rafael nos cuenta que aún tiene un sueño pendiente. Quiere estudiar fotografía, otra de sus grandes pasiones”, reveló la periodista Lidia Terrazas.

El caso de Rafael Aguirre pone en evidencia que el aprendizaje no tiene edad ni barreras. Su historia resuena no solo en la comunidad hispana sino en cualquier persona que enfrenta desafíos para alcanzar sus metas educativas.

El testimonio de Aguirre invita a reflexionar sobre la importancia de la perseverancia y el compromiso con el aprendizaje, especialmente en contextos donde las dificultades pueden ser mayores debido a factores como la edad, la carga laboral y las barreras idiomáticas.

Rafael Aguirre representa un ejemplo para la comunidad migrante que busca superación personal y profesional. Su mensaje es claro: “Nunca es tarde para aprender”, un llamado a no desistir frente a las adversidades y a mantener siempre la motivación para alcanzar los sueños.